LA COSTUMBRE DEL PODER/ ¿TIENE IDEOLOGÍA LA 4T? #JuevesDeMasColumnas @OrtegaGregorio

COLUMNA, NACIONAL, POLÍTICA

Dejaron de lado las humanidades, éstas son las que dan sustento a las ideas, a la ideología, a la estructura de un pensamiento y un actuar original y personal, pero se limitaron a seguir con lo mismo. Mala señal

GREGORIO ORTEGA MOLINA. En términos estrictamente políticos la 4T no posee propiedades físicas: es inodora e incolora. Navega por la izquierda, pero siempre escora a la derecha. Se vale del lenguaje de Vicente Lombardo Toledano, con absoluta propiedad, para cumplir los compromisos establecidos con los organismos financieros internacionales, la Casa Blanca y las concentradoras de capital.

Los mexicanos no debiéramos llamarnos a sorprendidos, pues en nuestra relación con la autoridad se impone el resultado de la formación con valores católicos. La mansedumbre es una de sus características, incluso frente a la delincuencia organizada. Repito, no es complicidad, tampoco obsecuencia. En ambos casos sólo se trata de mansedumbre.

Sostuve molestas discusiones sobre el tema con Antonio Delhumeau. El insistió, siempre, en usar el término de anomia social. Creo que el comportamiento de la sociedad va más allá de lo que define la sociología, como lo manifiestan las autodefensas, la incipiente guerrilla y la organización paramilitar de grupos de delincuencia organizada como el Cártel Jalisco Nueva Generación. El cristiano se somete hasta que el hartazgo lo conmina a pecar y se organiza y arma, porque está hasta la madre de que abusen de él.

Los del PRIAN perdieron todo pudor, se llenaron las alforjas (obvio, hay excepciones, como Jesús Salazar Toledano) y actuaron como salteadores de cuatro caminos.

Lo de hoy es quizá más grave y de mayores consecuencias, porque prometieron la purificación de México, la refundación del Estado, una nueva República y una constitución moral que se mostrarán incapaces de entregar, porque para ello quienes se esfuerzan en conceptuarla y poner en negro sobre blanco, deben ser intachables en lo personal, pero sobre todo en lo público.

Lo que se requiere es servir al Estado y no servirse de él para disfrazar, en el lenguaje las verdaderas intenciones. Están confundidos -en momentos pienso que es sólo una simulación- e insisten en limitar la corrupción a lo pecuniario, pero ésta es peor en lo moral, lo ético, lo cívico, lo profesional. Extender la mano para recibir una mochada, o dar el número de cuenta para que le depositen en ella las condiciones del silencio, es sólo el principio básico de la corrupción por dinero. La otra, imposible de medir y cuantificar.

Esa corrupción no se combate con restricciones legales y castigos ejemplares, sino con educación pública, con civismo, con el comportamiento que los padres pueden poner de ejemplo a los hijos, pero con la reforma educativa propuesta será imposible.

Dejaron de lado las humanidades, éstas son las que dan sustento a las ideas, a la ideología, a la estructura de un pensamiento y un actuar original y personal, pero se limitaron a seguir con lo mismo. Mala señal.