LA COSTUMBRE DEL PODER: VIVIMOS EN EL MERIDIANO DEL INICIO DEL TERROR #JuevesDeMasColumnas @OrtegaGregorio
*¿Necesitan involucionar al terrorismo los señores de los cárteles, si a decir de los especialistas gringos, controlan ya poco más del 80 por ciento del territorio de la república? De ser cierto, ¿cuál es la función del gobierno constitucional, en sus tres niveles, en esos espacios administrativos que dejaron de ser su responsabilidad? ¿Quién manda aquí? ¿Los Ardillos o el gobierno constitucional?
GREGORIO ORTEGA MOLINA
Algunos congresistas estadounidenses mueren porque los diferentes cárteles que reinan en México sean declarados terroristas. Se antoja, tan solo tras ver las fotografías o imágenes de lo que queda por donde pasaron y actuaron con extrema violencia. Chilpancingo es la muestra reciente. Pero ni allá ni acá parecen, nuestros gobiernos, percatarse de las consecuencias de un verdadero terrorismo en la república, en la frontera con Estados Unidos, y también en su territorio.
La historia, la novela histórica, las series televisivas y las películas han documentado puntualmente las consecuencias del terror. ¿Quién olvida lo que quedó del World Trade Center? España no parece recuperarse del trauma del terrorismo vasco y lo dañado de sus relaciones con Francia. Irlanda e Inglaterra conservan fresca la herida del Sinn Fein y el domingo sangriento. ¿De qué aerolínea fue el vuelo elegido por los sicarios de Pablo Escobar para que explotara durante el viaje? No olvido, y seguro también lo recuerda con claridad Luis Gutiérrez Aguirre, el estruendo del estallido a una cuadra del hotel en Lima, durante la madrugada. Todo a pesar de la decadencia de “presidente Gonzalo” y su Sendero Luminoso. Allí está La contenta Barbarie, de Álvaro Vargas Llosa, para consignar lo que fue esa época de terror en Perú.
Acá, frente a lo que se anuncia, el presidente Andrés Manuel López Obrador no ata ni desata. Él tiene un proyecto, que considera admirable y trascendente, y -como los niños de mi infancia- va derecho y no se quita. Tiene la certeza de estar construyendo historia, aunque a la postre su gobierno pueda ser considerado de lesa humanidad, por el costo en vidas debido a sus decisiones ejecutivas.
¿Necesitan involucionar al terrorismo los señores de los cárteles, si a decir de los especialistas gringos, controlan ya poco más del 80 por ciento del territorio de la república? De ser cierto, ¿cuál es la función del gobierno constitucional, en sus tres niveles, en esos espacios administrativos que dejaron de ser su responsabilidad? ¿Quién manda aquí? ¿Los Ardillos o el gobierno constitucional?
Falta observar con detenimiento el otro aspecto del terrorismo, el que se desprende de las decisiones gubernamentales y se manifiesta como hospitales y clínicas del sector salud sin medicamentos, uso político de las vacunas, desaparición de las normas de salud, las fosas clandestinas, los desaparecidos. Ahí se los dejo para su reflexión.
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