LA DERROTA DE MORENA EN NUEVO LEÓN @MARTHAGTZ #Domingueando
Durante su carrera política, Tatiana Clouthier jamás ha obtenido un triunfo en la calle. Si acepta la candidatura, su partido pierde.
La “tía Tatis”, la tía de los “progres”, la tía de los “millenials”. ¿La conocen? Es la actual morenista Tatiana Clouthier. Una de las seis hijas y cinco hijos que tuvo Manuel Clouthier, uno de los íconos del panismo en los años 80. Quien fue candidata “independiente” a diputada local en 2015 por el distrito XVIII y perdió. Antes fue candidata por el Panal, partido de Elba Esther Gordillo, a la alcaldía de San Pedro Garza García, y perdió. En 2003 fue diputada federal, plurinominal. En 1991, pocos años después de la muerte de su padre, fue diputada federal suplente por el PAN. Durante su carrera política jamás, subrayo, jamás ha obtenido un triunfo en la calle.
La hoy diputada federal, rechazó la propuesta del Presidente de la República para ocupar la Subsecretaría de Gobernación, actualmente es punta de lanza de las próximas elecciones, y más que su prestigio entre los millenials, se juega el primer movimiento en el tablero de ajedrez de 2021. Andrés Manuel López Obrador en una lógica muy a su estilo, ha intentado posponer todas las candidaturas para estirar lo más posible la liga y dar el sarpazo en su valoración del día a día, sin estrategia, sin táctica y sin planeación. Actúa por intuición, sentimiento e intento de leer las condiciones más próximas. Bajo esta lógica, fue más que generoso con Tatiana Clouthier, más bien pareciera que es en agradecimiento a las lecciones de vida que su padre le dio a AMLO, en 1988 desde la candidatura de Maquio por el PAN a la Presidencia, como la resistencia civil, el nombramiento de gabinetes espejo, hasta la amenaza de soltar al tigre, que hizo en la Cámara de Diputados.
AMLO le ha transferido a Tatiana Clouthier la decisión de ser candidata, le dio como plazo el inicio del proceso electoral (7 de octubre), o en su caso buscarán a algún otro candidato. Mientras tanto, sin saber que esto ocurre, los demás aspirantes: Clara Luz Flores ya renunció al PRI; Cristina Díaz lo está pensando; Adrián de la Garza intenta sobrevivir esperando que se le acomoden los astros; Miguel Treviño, continúa trabajando a los empresarios para mantener su apoyo; Samuel García, recuperándose del ridículo que comete constantemente al exhibirse, tanto en redes sociales, a través su reality show, aunque cada vez más rezagado, y Felipe de Jesús Cantú, administrando el corral.
Sin embargo, todo se reduce a si Tatiana decide o no competir. Esa es la facultad que el poder hipercentralizado le otorga y ella lo sabe. Tan lo sabe, que ha decidido no construir absolutamente nada en Nuevo León. No tiene estructura, ni acuerdos con los presidentes municipales que quieran reelegirse, ni siquiera con síndicos, regidores o con la raza. Nada, o cuando menos nada serio. Pero es lógico, ella sabe que la conocen, que ha sido candidata hasta el cansancio, y también sabe que nunca ha ganado gracias a su temperamento, sus conductas y su personalidad.
La realidad es que si Tatiana acepta la candidatura, Morena pierde, ella pierde y todo arranca más polarizado que nunca. Porque en el norte del país y particularmente en Nuevo León, las condiciones de competencia son tres: trabajo estructural y territorial, acuerdo con los empresarios y acuerdos políticos locales. Ella no tiene ninguno. Los políticos y empresarios están alertas, ya que si Morena elige a cualquier candidato que no sea Tatiana, todos querrán acordar, alinearse y salir a competir por primera vez en la historia por un partido de izquierda. Si Tatiana se autoelige, saben que apoyarán al PRI, PAN, MC o incluso a un independiente, pero jamás a Morena.
¿Será más inteligente Tatiana y comprenderá lo que puede jugar y le entregará el triunfo al Presidente, a Morena y al próximo gobernador? ¿O le ganará el ego y el apoyo de los millenials? Es pregunta.
POR MARTHA GUTIÉRREZ
ANALISTA EN COMUNICACIÓN POLÍTICA
@MARTHAGTZ