LA FUERZA Y EL USO FEMENINO DE LA POLICIA / FABIOLA DIAZ DE LEON, ESCUELA DE SEÑORITAS @escdesenoritas
Durante todas las épocas en que la humanidad ha sido propietaria de otros seres humanos, durante el tiempo en el que los estados políticos permitían el esclavismo, sea en Mesoamérica, Estados Unidos, Grecia, Roma, Egipto, USA, el Reino Unido, y, por desgracia, hasta la fecha de manera velada o abierta; el peor capataz siempre ha sido uno que pertenece al grupo esclavizado.
Uno, entre ellos, cambiaba un poco de privilegio a cambio de oprimir y mantener sojuzgados a sus pares. El amo, no tenía que perder el tiempo en cuidar que los esclavos se le salieran del redil. Para eso tenía uno de ellos que sometiera con crueldad y un pacto absoluto con el poder al resto que eran sus iguales y él mismo no dejaba de ser un esclavo nunca.
Lo que sucedió en Cancún cuando una policía hizo uso excesivo de la fuerza cobrando la vida de una migrante. Lo que sucedió en Minneapolis el día 11 donde una policía mató a un chico afroamericano porque se confundió y lo que ha venido sucediendo con las ATENEAS, el grupo de élite de 460 mujeres policías entrenadas para contener los avances de las feministas en sus demostraciones no tiene mucho de diferente.
Tengo de buena fuente que líderes feministas han sido marcadas como blancos adversarios a la 4T y han sufrido atentados y persecuciones en los que, cuando han sido violentadas físicamente, lo ha hecho una mujer.
Mujeres que atacan mujeres. Un grupo de choque creado para ello. Pensar que las mujeres somos culpables del machismo porque parimos y educamos machos es como culpar a una víctima de secuestro que desarrolla un síndrome de Estocolmo. Eso no le resta nada a su papel de víctima, por el contrario, lo exacerba. No hay peor víctima que la que no ubica que lo es y muchas parten de ello. Los procesos son individuales, aun cuando haya un mismo agresor oprimiendo a toda una familia, cada uno de sus miembros lo vive diferente.
El uso de la Fuerza, de la que mata o de la que oprime, de la que le quita la libertad del alma a un cuerpo vivo, sea un animal o un humano, es idénticamente despreciable. Desgraciadamente hay violencias que ejercemos a tal nivel que no las reconocemos, eso no quita que las generemos. Paul B Preciado lo dice mejor que yo: “Cuando no reconoces la violencia es porque la ejerces.” El Estado de la 4ª Transformación predica Derechos Humanos y no reconoce que tiene uno de los gobiernos más represores de la historia. Es trabajo de todxs mostrarle en medios, en redes, en toda oportunidad de expresión hacer que caiga ese velo que los mantiene sin ver el panorama. Mostrarles que no es la via de los grupos castrenses sino el de impulsar a la sociedad civil a reparar el tejido social que está totalmente desmembrado. No por ellos, por décadas de prepotencia, impunidad y negligencia.
La violencia puede venir de donde sea y tiene un común denominador, convierte al ser humano en objeto. Sea porque lo reduzca a convertirse en un cadáver o en un esclavo autómata. El único camino es pugnar por la revolución individual de la persona humana, que se reconozca como merecedora del bien absoluto que viene del cielo con los rayos del sol y que haga de su vida un camino de libertad que le brinde felicidad sirviendo a sus ideales y semejantes.