LENTO AVANCE CONTRA LA DISCRIMINACIÓN Y VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES
CIUDAD DE MÉXICO.- La academia debe permear en el activismo social y la política para acelerar el paso: criminóloga feminista Iris Santillán; Librofest Metropolitano consagró un día de discusión en el Foro: Derechos de las mujeres dentro de su programa académico y cultural que culminará mañana 27 de mayo
La discriminación contra diversos sectores de la sociedad, como el de las mujeres, existe y nadie puede negar que constantemente se vulneran sus derechos y su dignidad humana. No obstante, hay quienes opinan que la lucha de las mujeres se “está saliendo de control” y pone en riesgo los derechos de los hombres, pero nada más lejano a la realidad es este espejismo de “igualdad” entre mujeres y hombres en México, afirmó la abogada criminóloga feminista y académica, Iris Rocío Santillán, quien se ha desarrollado por varias décadas en el ámbito de la procuración de justicia en nuestro país.
Durante su intervención en el foro “Derechos de las Mujeres” organizado por académicas de la UAM con la participación de diversas instituciones educativas, organizaciones de la sociedad civil, docentes y exalumnas, la autora de los libros “Violación y culpa” y “Matar para vivir. Análisis jurídico, penal y criminológico con perspectiva de género de casos de mujeres homicidas”, señaló la urgente necesidad de que la academia permeé en el activismo social y la política para que el avance contra la discriminación y violencia hacia las mujeres no sea tan lento y opere con mayor eficacia.
La académica precisó que según el Foro Económico Mundial, México se encuentra en el lugar 66 del ranking sobre las brechas de género entre hombres y mujeres, quedando por debajo de países como Kenia, El Salvador y Vietnam.
Este índice mundial calcula que tardaremos 170 años para cerrar las brechas de género —afirmó la criminóloga— y para nuestra desgracia hay quienes se proclaman feministas y ni siquiera comprenden lo que es este movimiento teórico social. “El feminismo es también filosofía, ética, política, epistemología y metodología agrupadas en tres dimensiones que deben interactuar, converger y ser indisolubles: el activismo social, la academia y la política”.
Afirmó que se necesita una mayor integración entre estas dimensiones ya que hay mucha gente en el activismo, la política y en las instituciones que carecen de conocimientos sobre lo que es realmente la teoría de género y aunque en el ámbito político hay un mandato de la aplicación transversal de la perspectiva de género, todavía no se sabe cómo aplicarlo. Por ejemplo —añadió—, en mi ámbito del derecho existe un protocolo para juzgar con perspectiva de género, sin embargo, lo que he encontrado en los cursos que he tenido oportunidad de impartir a jueces o a ministerios públicos, me dicen con demasiada frecuencia que ya están capacitados, pero no saben cómo transversalizar la teoría del delito con la perspectiva de género.
“Si cada quien trabaja en su isla sin fusionarnos, avanzaremos muy poco del papel a los hechos”, destacó con pasión.
El foro “Derechos de las mujeres” se dividió en tres mesas de trabajo para ofrecer propuestas desde la academia a problemáticas tan cercanas como la inequidad en el mercado laboral, la discriminación jurídica penal a las mujeres en reclusión, la trata de personas, la anticoncepción, embarazo e interrupción legal en adolescentes y jóvenes, la tortura sexual y para abordar las experiencias de programas de trabajo en la elaboración de protocolos de atención a la violencia de género en la UAM, tales como el programa llamado “Cuerpos que importan”.