LO QUE AMLO NO QUIERE QUE SEPAMOS DEL CORONAVIRUS (I) @MARTHAGTZ #Domingueando en @elheraldo_mx

COLUMNA, NACIONAL, POLÍTICA

La estrategia del Presidente frente a la pandemia por el COVID-19 es ir resolviendo en el día a día los problemas que vayan presentándose

No pocos opinadores nos seguimos quebrando la cabeza sin comprender cuál es exactamente la lógica del Presidente de la República y su forma de aproximarse al poder.

Otros, piensan que sencillamente no tiene lógica, hasta lo califican como si fuera un alcalde de una apartada y pequeña presidencia municipal gobernando al país.

Sin embargo, es relevante conocer cuál es la aproximación de Andrés Manuel López Obrador hacia la pandemia del coronavirus y comprender por qué nos tiene en esta crisis y qué es lo que puede ocurrir. Sobre todo, por qué no quiere que comprendamos su lógica.

Hagamos un recuento.

Una vez conocido que el COVID-19 estaba fuera de control en China, más o menos un mes antes de que se presentara el primer caso en México, y como premisa la situación económica que se atraviesa en nuestro país (con una dependencia de alrededor de 60 por ciento de nuestras exportaciones a Estados Unidos, y el precio de referencia del barril de petróleo en 49 dólares) que representó un decremento de 0.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2019, aunado a la sumisión de esta administración al gobierno norteamericano (T-MEC, migración, seguridad, etc.), la quiebra fáctica de Petróleos Mexicanos y el derroche en “programas sociales”, y la caída del precio del petróleo,  Andrés Manuel López Obrador hizo lo siguiente:

1. Envió a Marcelo Ebrard Casaubón a consultar a los vecinos del norte. Se reunió con Mike Pompeo y varios funcionarios.

Aquellos tomaron la decisión de minimizar el virus y recomendaron hacer lo mismo en México. La economía es más importante. Trump y López Obrador así lo hicieron.

En nuestro caso, con íconos documentados en las mañaneras como: sigan con los abrazos, salgan, continúen con la vida cotidiana y toda la serie de actos que pensando que, tan sólo con su gran personalidad, convencería a la población de mantener la economía a flote (grave y soberbio error).

2. Consultó en México a técnicos expertos, quienes afirmaron que sería imposible detener la pandemia y que alrededor de 70 por ciento de la población podía resultar contagiada.

Muchas personas pueden morir bajo cualquier circunstancia, y ni siquiera existe infraestructura suficiente en el país para atender a los enfermos contagiados por el coronavirus.

Hace apenas unos días, el neopolítico subsecretario López-Gatell cambió su discurso y confirmó esto públicamente.

Ambos caminos llevaron a lo mismo. La necesidad de contener lo más posible la caída de la economía y la psicosis social, que sería aún más grave que la propia crisis en salud.

A partir de ahí, y tirados los dados, la estrategia es ir resolviendo en el día a día los problemas que vayan presentándose e irse adaptando a las circunstancias. Así lo ha hecho, es su naturaleza. Modificó lo de los abrazos, se generaron fases, ya suspendieron labores esenciales del gobierno y pidió a mexicanos no salir de casa; subestiman datos, no hacen pruebas, apuesta por la fuerza moral del Presidente, que en realidad fue una apuesta por el todo… all in.