#MartesDeColumnas DENUNCIA O RENUNCIA @JCRomeroHicks en @elheraldo_mx
A pesar de que la noticia fue diluida entre varios acontecimientos el martes pasado, la renuncia del secretario de Hacienda no deja de ser trascedente porque genera incertidumbre en los mercados y es evidencia del mal estado de las finanzas públicas y del gobierno federal en su conjunto.
Carlos Urzúa es el tercer integrante del gabinete que renuncia y al igual que Germán Martínez Cázares, pero de forma más breve y especializada, lo hace con una carta acusando actitudes y acciones que no se pueden permitir desde un cargo tan delicado como es la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Cada palabra escrita define los problemas del actual gobierno y la imposibilidad de resolverlos.
No es una renuncia, es una clara denuncia de al menos tres aspectos fundamentales.
El primero, la toma de decisiones de política pública sin el suficiente sustento. Esto es un aspecto que ha caracterizado al gobierno y es la ocurrencia.
Entre la justificación “asambleísta” y la falta de profesionales hemos visto la proyección de obras sin estudios previos, la cancelación de programas sin calcular las consecuencias y la orientación del gasto a la generación de clientelas electorales sin importar el verdadero combate a la pobreza y la desigualdad.
El segundo, la toma de decisiones con base en extremismos ideológicos que no sólo es una denuncia de corte práctico, sino teórico. Aquí cabe la pregunta: ¿cuáles son las medidas que se han adoptado enmarcadas en extremismos de derecha o de izquierda?
Y tercero, ¿quiénes son los personajes influyentes que imponen funcionarios sin conocimiento de la Hacienda Pública?
Este señalamiento es muy similar a uno de los puntos de la renuncia a la dirección del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Germán Martínez y en una denuncia de un ilícito.
¿Existen sospechas de corrupción e ilegalidad, o existen evidencias de corrupción e ilegalidad?
La carta que firma el ex secretario de Hacienda Carlos Urzúa denuncia actos ilegales y una realidad que hemos acusado constantemente: vivimos en una dictadura de ocurrencias.
En materia económica, durante los cuatro sexenios anteriores, México ha mantenido una actitud responsable que nos ha dado estabilidad y crecmiento, moderado, pero siempre crecimiento.
No podemos volver a las épocas de las crisis económicas y las grandes inflaciones, llevamos más 20 años superando la última.
El jueves pasado, el Banco de México confirmó que hay una desaceleración económica mayor a la anticipada, y si a esta noticia le sumamos que han reducido ya cuatro veces las expectativas de crecimiento económico y que el primer semestre del año el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo 0.2 por ciento, ya estamos en lo que se podría calificar como una ligera recesión.
POR JUAN CARLOS ROMERO HICKS
COORDINADOR DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PAN @JCROMEROHICKS