#MartesDeColumnas “EL CLIENTELISMO POLÍTICO Y LOS USOS A TRAVES DE LA POBREZA”: @JErnestoMadrid

NACIONAL

Ernesto Madrid

Resulta paradójico que en un gobierno que utiliza recursos públicos para mitigar la pobreza, estos tengan como fin, disminuir las carencias de la población, acabar con los problemas sociales, promover el crecimiento económico de un país, combatir el fenómenos de la corrupción o generar riqueza en una nación.

Lo que en el fondo existe, -tal como el PRI lo utilizó en su momento-, es consolidar a un partido en el poder, como está ocurriendo en la actualidad a través de los diversos Programas de Bienestar, que están llevando a la población, un paliativo, más no una solución de fondo, para el desarrollo de México.

Vale recordar, que el proselitismo, se basa en la capacidad acreditada, para la gestoría de bienes, obras y servicios, como la ayuda social, que cada organización partidista –y desde el poder- ofrece como parte de sus programas dirigidos a miembros y simpatizantes, lo que no será óbice, desde luego para advertir el gran riesgo de manipulación y corrupción que entrañan tales estrategias.

¿Qué pretende Morena a través del Poder Ejecutivo y sus estructuras? Perpetuarse en el poder, así de sencillo.

En la actualidad, es evidente la existencia de estructuras vinculadas al clientelismo, aunque no siempre se les conozca de esa manera, dependiendo su caracterización por lo general del conocimiento que se tenga de sus protagonistas y del tipo de lazos que estos están tejiendo o han tejido, toda vez que su interrelación remite a una estructura precisa y evidencia un vínculo básico entre ellos.

De ahí la relevancia del papel directo y cotidiano, -por ejemplo las mañaneras- que cumple con los intermediarios –y a través de ellos, la estructura de intermediación- en la vida local, -como son las giras constantes al interior de la República- y, en particular, en los espacios donde viven los pobres (los barrios) por ser estos los que suelen proveer más clientes.

Para decirlo de una manera más directa, la función del mediador –en este caso el primer mandatario- dejando ver que se le considera un simple eslabón, es la concertación y el mantenimiento para definir el clientelismo conforme al conocido estereotipo de la compra del voto.

En el fondo, en México no hay inversión que es igual a la generación de empleos, la industria está parada, los empresarios desconfían del modelos de gobierno que se encabeza y no invierten como deberían, no se vislumbra un impulso económico para que México supere la pobreza, por eso me remito al caso de China, que antes de las década de los noventa, era un país tercermundista y en la actualidad, tiene una economía tan pujante que hoy es la mayor potencia económica en PIB total. Ni siquiera hace falta ir tan atrás: entre 1990 y 2018 China ha multiplicado el valor de su economía más de doscientas veces, según datos del Banco Mundial. La evolución salta a la vista, especialmente si se compara con los bloques hasta entonces hegemónicos como eran las economías de EEUU y de la UE y los ha empezado a desplazar.

El caso China

¿Pero que hizo ese país, para conseguir un crecimiento económico tan fuerte que saco de la pobreza a 1 406 790 422 de personas cuando en México somos menos y tenemos todo?

En el libro “Cómo China escapó de la trampa de la pobreza” de la autora Yuen Yuen Ang, lo explica muy sencillo, “Un modelo que, con sus luces y sus sombras, pone de manifiesto que es necesario replantear la idea de crecimiento a través de la industrialización masiva”, en palabras de Ang.

Deng Xiaoping, el máximo líder de la República Popular China desde 1978 hasta los últimos años de su vida, pasó de ser un dictador a convertirse en un director a través de un liderazgo pragmático. Mao, por su parte, había tratado de planificar su camino hacia una rápida industrialización y crecimiento a través de órdenes verticales detalladas.

Cuando Deng sucedió a Mao mantuvo al Partido Comunista Chino en el poder, pero descartó la planificación puramente centralizada. Con este cambio Pekín delegó su autoridad en numerosos gobiernos locales, animándoles a desbloquear cualquier recurso disponible o institución que tuvieran para poner en marcha su desarrollo económico, de acuerdo al texto de Yuen Ang..

Dicho de otra forma, en el libro lo llama a este sistema adaptativo una “improvisación dirigida” –una mezcla paradigmática de dirección “de arriba hacia abajo” del Gobierno central, junto a una improvisación “de abajo hacia arriba” por parte de los gobiernos locales–.

Bajo esta improvisación dirigida, China consiguió distintas formas de desarrollo a lo largo de estas últimas décadas: diversas soluciones según las condiciones locales y la etapa de desarrollo en la que estuvieran. En lugar de ser monolítica, una sorprendente variedad de Chinas coexisten en China, variando en las distintas regiones y evolucionando a través del tiempo, es decir, lo que Adam Smith plantea en su libro de “Liberalismo económico”, dejar hacer, dejar pasar, pero a través de la industrialización y no de un liberalismo puro y pragmático.

Es decir que ya no se explicaría sus diferencias como “capitalismo versus comunismo”. Políticamente China está gobernada por el Partido Comunista, pero al mismo tiempo tiene una vibrante economía de mercado, aunque sea una con una influencia del Estado mucho mayor que la de las democracias capitalistas.

Así, las regiones varían en términos de prosperidad económica y la calidad de sus gobiernos locales.

Esto es sólo por poner una advertencia a lo que ésta sucediendo en México, que con la política que se lleva en la actualidad, estamos muy lejos para librar la pobreza, la corrupción y el clientelismo, pero hay una enorme barrera que brincar, la idiosincrasia mexicana, que es un obstáculo que impide que nuestro país logre lo que en China, cinco décadas para ser un gigante económico de talla mundial que ha comenzado a desplazar a EEUU del liderato.