MAURICIO FARAH / 11 DE OCTUBRE, DÍA INTERNACIONAL DE LA NIÑA @mfarahg #MartesDeColumnas
El próximo 11 de octubre, como desde hace cinco años por disposición de la ONU, se conmemorará el Día Internacional de la Niña. Enhorabuena que se dedique una fecha para difundir los derechos de las niñas y los riesgos que afrontan, así como para impulsar políticas públicas en su beneficio.
No es sólo que lo merezcan, es que, desafortunadamente, lo necesitan. Las condiciones adversas en las que viven su infancia millones de ellas y los crecientes delitos que se cometen en su contra hacen imprescindible que la sociedad entera asuma su responsabilidad por el bienestar, la protección y el desarrollo de las niñas, uno de los grupos más frágiles y vulnerables, especialmente en algunos países.
Según estimaciones de la ONU, las mujeres menores de 16 años son víctimas de la mitad de las agresiones sexuales; y cada siete segundos una niña menor de 15 años es obligada a casarse en algún lugar del mundo. ¿Y cómo puede ser que la pornografía infantil sea uno de los negocios más lucrativos con ganancias que se estiman en siete mil millones de dólares anuales?
Lamentablemente en México la violencia sexual sigue una tendencia al alza: de 2015 a 2016 se registró un incremento de nueve por ciento (de 27 mil a 30 mil denuncias) y al parecer en 2017 el aumento volverá a ser similar.
De acuerdo con datos del Registro Nacional de Personas Extraviadas o Desaparecidas y de la Red por los Derechos de la Infancia en México, entre 2006 y 2014 se registraron 25 mil 821 personas desaparecidas, de las que 30 por ciento corresponde a menores de edad y, de éste, 80 por ciento a niñas.
La OCDE afirma que entre sus países miembros, México ocupa el primer lugar en abuso sexual, violencia física y homicidios de menores de 14 años, en tanto que un informe del Senado establece que México ocupa el primer lugar en difusión de pornografía infantil y la Policía Federal señala que la explotación sexual de niñas, niños y adolescentes a través de Internet ocupa el tercer lugar en los delitos cibernéticos.
Estos datos y la frecuencia con la que los medios dan cuenta de abusos sexuales y homicidios en contra de niñas/adolescentes son sobradamente suficientes para que su protección tenga carácter de urgente. ¿O qué debe ocurrir para que sociedad y gobierno extremen sus esfuerzos en este sentido?
La conmemoración del 11 de octubre debe significarse por impulsar un relanzamiento de políticas públicas para proteger a las niñas, asegurar su bienestar y desarrollo y acabar con la impunidad de quienes las agreden.
Es inaplazable llevar a cabo la homogenización del marco legal respectivo en todo el país y armonizarlo con los tratados internacionales que México ha ratificado con relación a los derechos de la infancia, trabajo infantil, prostitución infantil, utilización de niñas y niños en pornografía, y trata de personas, porque la actual disparidad normativa es caótica y obstáculo para la procuración y administración de justicia.
Cada vez está más cerca el año 2030 y parece lejano todavía el cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, que aspiran a eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas. No puede ser lento el avance cuando el delito va de prisa.