MÉXICO MERECE OTRA HISTORIA #Domingueando @MARTHAGTZ en @elheraldo_mx
Jamás hubiéramos estado en esta situación si no fuera por los yerros, torpezas, excesos y abusos de algunos personajes del PRI, PAN, PRD, MC, PVEM, PES y PT
Jamás hubiéramos estado en esta situación si no fuera por los yerros, torpezas, excesos y abusos de algunos personajes del PRI, PAN, PRD, MC, PVEM, PES y PT. Me refiero a la situación política en la que López Obrador como un monarca gobierna, destruyendo la división de poderes y la autonomía e independencia de varios órganos constitucionales.
Tampoco deberíamos estar padeciendo la pobreza y mediocridad sobrada de campañas, candidatos de todos los partidos políticos si la sociedad mexicana fuese más exigente con el concepto de representación.
Sobretodo de ninguna manera deberíamos de estar recurriendo a la última de las opciones electorales, de unir a todos los partidos, con excepción de los alcahuetes de Movimiento Ciudadano, si sus dirigentes tuvieran un mínimo de dignidad y dejaran de secuestrar y manipular el acceso al poder.
Porque en el fondo, eso es de lo que se aprovechó el presente régimen encabezado por su único decisor, Andrés Manuel López Obrador. De la debilidad de los líderes del pasado régimen. Lo continúa haciendo, por cierto, ahora sometiendo al chavoruco Jorge Emilio González y sus conocidos esbirros. Lo mismo ocurre con el profesor Alberto Anaya, su esposa y su toda su camarilla que han sido incluso más vividores que los ferrocarrileros Aguilar Talamantes y sus cuates.
Ese es el actual eje de campaña, la columna vertebral de la nueva acción política y la debilidad más grande que jamás se ha visto en nuestro país. Lo que alguna vez fueron dirigentes con sólidos principios, idealistas y aguerridos, hoy son hambrientas y desesperadas rémoras.
Este es el diagnóstico de esta campaña y la necesidad urgente de comprenderlo para poder avanzar hacia el futuro. Con contadas excepciones, esta campaña está pérdida, en realidad el 2021 está siendo operado por ciudadanos semi organizados y pensantes, no por los partidos políticos y sus operadores electorales.
Por más que Morena termine arañando la mayoría en el Congreso, con o sin aliados, lo que provocaría una gran desesperanza y una gran tristeza, es que Andrés gane y vaya por el 2024 con Claudia Sheinbaum. Sobre todo porque la responsabilidad en el accidente de la Línea 12 del Metro, las personas muertas y heridas, debería haber sido motivo suficiente para destituirla, y hasta en eso López Obrador apretó a sus anchas, censuró y nadie dijo ni pío.
Sin embargo, una luz en el camino se asoma. La posibilidad que la sociedad le exija de una vez por todas a los dirigentes de esos partidos que se retiren de la actividad. Qué les reconozca su contribución (poca o mucha ), les pida una verdadera renovación a todos los partidos políticos y sus élites.
Qué sus camarillas también comprendan esta situación y permitan surgir a una nueva generación de políticos, sin cola que les pisen, sin compromisos que pagar, y que presenten una nueva propuesta y proyecto de nación. Qué diseñen una nueva forma de organización política, nuevos modelos económicos, una nueva estrategia constitucional, y que nos lancemos a la calle a convencer, sin el temor de que AMLO los persiga, amague, les recuerde sus historias y corrupción.
Porque México en el 2024 debe y merece tener otra historia, de ninguna manera debe ser la reedición del 2018, el remedo de 2021 ó un bodrio de ambos.
Por supuesto saben a quienes me refiero, ya es tiempo de que cada uno de nosotros les hablemos con franqueza: es el momento de su retiro.
Y no es pregunta.
POR MARTHA GUTIÉRREZ
ANALISTA EN COMUNICACIÓN POLÍTICA
@MARTHAGTZ