MORENA, PAN Y PRD RECONOCEN SU DERROTA EN EL ESTADO DE MÉXICO / DR. ARTURO ZAMORA @arturozamora

COLUMNA, NACIONAL, POLÍTICA

arturo zamoraLo ocurrido con los líderes de tres partidos políticos en días pasados refleja que han decidido quedarse fuera de las contiendas electorales de este año, al abandonar a sus candidatos y concentrarse en sus proyectos personales hacia 2018, aquí la evidencia.

El jefe de Morena ha declarado que su partido no reconocerá el triunfo electoral de Alfredo del Mazo y recurre a otra de sus excusas y declaraciones de siempre: dice que habrá fraude; en tanto, su candidata presenta a su “equipo de transición” con la ausencia de su presidente nacional. AMLO apostó a ganar adeptos en el Estado de México, sin embargo, el resultado le ha sido adverso. Los escándalos de los descuentos que hacía Delfina a sus trabajadores en el ayuntamiento de Texcoco, el ocultamiento del uso de casi 60 millones de pesos del gasto de campaña que Morena no ha declarado al INE y de 550 millones de pesos de financiamiento público recibidos en los últimos dos años, así como la evidencia del mecanismo de recaudación de su partido, a partir de los videos filtrados de la diputada local de Veracruz, Eva Cadena, le han quitado a Morena la única bandera de su discurso, la honestidad.

Estos resultados adversos meten a López Obrador en una situación de desesperación: ha perdido dinero y adeptos y, lo más importante, perdió toda credibilidad. Por ello recurre a lo que considera como una tabla de salvación, evalúa los beneficios económicos y las ventajas de la movilización de un sector del magisterio que podrían traerle su alianza con Elba Esther Gordillo.

Haciendo un paréntesis, llama la atención el silencio de las organizaciones civiles defensoras del combate a la corrupción y de la reforma educativa, respecto a la alianza de dos perversos, López y Gordillo.

Los presidentes del PAN y del PRD, quienes dieron una inusual conferencia de prensa el sábado pasado, mandaron dos mensajes: aceptan que el Estado de México y Coahuila ya no les importan, porque saben que van a perder y que están reorganizado su estrategia para defender sus ambiciones personales de cara al proceso electoral de 2018.

Ricardo Anaya, como ha mostrado desde el principio, reitera que su proyecto personal está por encima de los intereses de los panistas y de los otros aspirantes a la presidencia. Pretende utilizar al PRD como un partido satélite para legitimar su ya desgastado discurso en contra del PRI.

Alejandra Barrales, por su parte, pasó por encima de las tribus de su partido y denota que sólo le interesa su proyecto político en la Ciudad de México y que está dispuesta a arriesgar lo poco que queda del PRD. La presidenta de ese partido está recurriendo a una de las estrategias más frívolas en la política, lucrar con la derrota.

Las alianzas que el PRD y el PAN han impulsado para derrocar al PRI han tenido resultados desastrosos para los ciudadanos, basta ver estados como Tamaulipas, Chihuahua, Quintana Roo y Durango, y el aumento de los índices de violencia en los escasos meses de los nuevos gobiernos. Lo he dicho en otras ocasiones, son alianzas sin sustento ideológico y, sobre todo, sin proyecto común.

La obsesión de los partidos de oposición de ganarle elecciones al PRI los ha alejado de la ciudadanía y pone a México en el riesgo de caer en una situación como la que vive hoy Venezuela. Tenemos una oposición de pena, irresponsable, con sequía ideológica, populista y autoritaria, con claras muestras de su obsesión por el poder y el nulo interés por los mexicanos.

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