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COLUMNA, NACIONAL, POLÍTICA

Cuando sometemos el cuerpo a correr grandes distancias, no sólo las piernas padecen las consecuencias, algunos órganos también se ven afectados, hasta el sistema inmunológico tiende a debilitarse

Aunque cada cuerpo responde de una forma diferente al gran esfuerzo que supone correr un maratón, lo cierto es que recuperarse lleva tiempo y cuidados. Lo importante es que el atleta pueda recuperarse durante las cuatro semanas siguientes a la fecha de la carrera, por de no hacerlo, aumenta el riesgo de enfermarse o sufrir una lesión.

Cuando sometemos el cuerpo a correr grandes distancias, no sólo las piernas padecen las consecuencias, algunos órganos también se ven afectados, hasta el sistema inmunológico tiende a debilitarse. Para protegernos de los resfriados después de un maratón, la clave está en lo que aprendimos durante la pandemia de COVID-19: evitar las multitudes y practicar el lavado de manos.

Investigaciones demuestran que entre el 30 y el 50 por ciento de los corredores de largas distancias experimentan problemas gastrointestinales durante y después de la carrera. Existen dos teorías que explican por qué nos ocurre esto. “La primera es puramente mecánica: el intestino se sacude con cada paso, irritándolo hasta que es necesario ir al baño. La segunda es que la sangre se desvía de nuestros órganos y se envía a nuestros músculos, interrumpiendo el proceso digestivo y provocando calambres, diarrea, reflujo y náuseas”, según la doctora Siobhan M. Statatuta, especialista en atención primaria en medicina deportiva en UVA Family Medicine, en Charlottesville, Virginia, en un estudio publicado por la revista científica ResearchGate.

A nivel muscular, el esfuerzo produce efectos destructivos sobre los tejidos, que podrían derivar en lesiones, si no se atienden de manera inmediata y correcta. A lo largo de los 42.195 kilómetros, nuestro organismo consume mucho glucógeno de los músculos y agota sus reservas (el glucógeno es la forma almacenada de los carbohidratos). Para recuperar y llevar a niveles normales este “combustible”, es necesario comer, dormir, e hidratarse adecuadamente.

El organismo necesita absorber más rápido los nutrientes de los alimentos, tomando en cuenta que el estómago sigue afectado, hay que procurar ingerir comidas ligeras, caldos, proteínas, fruta rica en vitamina C y evitar el exceso de grasas, condimentos e irritantes. No porque ya corriste puedes comerte, por ejemplo, la enorme hamburguesa que te estuviste reprimiendo durante semanas.

Después de la segunda y tercera semana ya se pueden hacer sesiones de trote muy suave no mayores a 40 minutos. Se puede alternar con caminata, unas cuatro veces por semana.

Aunque se tengan muchas ganas de volver a correr lo antes posible, es mejor tomarlo con tranquilidad, ahora se trata de disfrutar del enorme logro que es terminar un maratón. Si más adelante decides participar de nuevo en una carrera, es mejor hacerlo en distancias de 5 a 10K.

Repasa en papel tu maratón, escribe y describe tus sensaciones, lo que podrías haber hecho mejor; es importante tener en cuenta incluso cosas como ampollas o rozaduras, ya que puede significar que elegiste la equipación equivocada y por lo tanto tendrás que cambiarlos en tu próximo reto. Lo has conseguido, ahora solo recupérate, escucha y agradece a tu cuerpo.

POR ROSSANA AYALA