PELIGRAN EDIFICIOS DEL CENTRO SCOP
CIUDAD DE MEXICO .- Los edificios que integran el Centro SCOP, hasta hace un año sede de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y patrimonio artístico de la nación, presentan “alto riesgo de colapso”, revela un informe del Instituto para la Seguridad de la Construcciones en la Ciudad de México (ISC), al que REFORMA tuvo acceso.
El documento, con folio ISCDF-DG-2018-1799, lo suscribe Renato Berrón, director del ISC, quien lo dirige a Mónica Iglesias, directora de Recursos Materiales de la SCT.
Aunque el sismo del 19S no produjo daños en los elementos estructurales del conjunto revestido de obra mural, sí incrementó los desplomos “haciéndose muy notable la inclinación de los edificios en todos los niveles”, expone el estudio.
Desde 2013, la empresa Dirac había determinado que las instalaciones, construidas en 1953 y con afectaciones por el terremoto de 1985, no cumplían los requisitos de seguridad reglamentarios en los edificios A, B, C y D.
En un nuevo dictamen del 27 marzo de 2018, suscrito por Miguel Fernández Palafox, director de Estructuras y Geotecnia, Dirac reportó que el sismo del 19S ocasionó “un incremento significativo en los daños estructurales en los edificios A y B, con respecto a lo observado y reportado en los dictámenes efectuados en 2013”.
Sin noticias o decisión para intervenir el conjunto, según refiere el documento del ISC, “el inmueble permanece en la misma situación en la que quedó después del sismo (del 19S), por lo que han aumentado la degradación y el deterioro de los materiales, así como de los elementos estructurales que la conforman, empeorando la gravedad de las condiciones en la que se encuentra, llevando a la edificación a un estado crítico de colapso”.
Dirac concluyó también que la condición de riesgo “es significativa” ante la ocurrencia de un nuevo evento sísmico.
Ambos dictámenes, consultados por REFORMA, son parte de un conjunto de estudios solicitados por la SCT y son coincidentes en cuanto a la inhabitabilidad del Centro SCOP, señala Rodrigo Ramírez, oficial mayor de la dependencia.
Adicionalmente fue solicitada otra evaluación por Banorte, empresa contratada por la Secretaría para el seguro patrimonial y con la que concilian la cifra que pagará a la SCT.
Tras el 19S, Comunicaciones y Transportes abandonó el conjunto SCOP, donde laboraban unos 2 mil 500 empleados; el retiro de los murales comenzó un año después.
El INBA autorizó el pasado 25 de septiembre el desmontaje de la obra del edificio A, exclusivamente.
Son murales reconstruidos tras el terremoto de 1985, explicó Xavier Guzmán Urbiola, subdirector de Patrimonio Artístico Inmueble del organismo.
“El inmueble es el que tuvo daños, no los murales”, enfatiza.
Sobre las razones del INBA para permitir la remoción de los elementos artísticos en el edificio A, sin avalar aún el B o el C, que tienen murales y afrontan riesgo de colapso según los dictámenes referidos, la directora de Arquitectura del INBA, Dolores Martínez Orralde, responde:
“El tema, y lo hemos puesto sobre la mesa con SCT, requiere una revisión más cuidadosa por especialistas que se sumen a estas opiniones y tomar determinaciones con más cuidado”.
Entre las evaluaciones necesarias, la arquitecta menciona las relativas al terreno, pues el tipo de suelo propicia afectaciones en el complejo de la SCT.
“Es un problema de origen del lugar, lo vimos acentuado en 1985 y lo vemos ahora con los desplomes y la verticalidad (de los edificios), sobre todo del cuerpo A: sin duda hay una problemática importante en el suelo.
“Nosotros somos técnicos y normativos, no tenemos personal que realice este tipo de dictámenes, pero nuestros asesores permanentes son los especialistas del Instituto de Ingeniería de la UNAM y de la empresa (de ingeniería civil) Colinas de Buen, que también se sumará al análisis de esta problemática, y nos ayudará a tomar una decisión”, añade Martínez Orralde.
La SCT prevé que CAV Diseño e Ingeniería, compañía contratada para la labor, desprenda también la obra plástica del cuerpo B, aunque el rumbo a seguir lo dictará el propio trabajo en el complejo y los hallazgos que deriven de éste, por ejemplo el tipo de sujeción que tiene los murales, previene Ramírez.
La obra que se desmonte será resguardada en una bodega armada en los estacionamientos, donde será restaurada por expertos del INBA.
Sobre los estudios que evalúen la factibilidad del refuerzo y recimentación del conjunto, o bien su demolición, Ramírez indica que corresponderá a la próxima Administración la decisión.
“Para nosotros no es una prioridad ahorita decidir el destino inmobiliario de ese predio. Sí preservar el patrimonio artístico que hay en él”, zanja el funcionario.