PODER Y DINERO/ COVID-19: ENTRE EL MIEDO Y LA ESTADÍSTICA #JuevesDeMasColumnas @vsanchezbanos
La indiferencia del mexicano ante la muerte, se nutre de su indiferencia ante la vida. Octavio Paz, 1914-1998; escritos y diplomático mexicano
VÍCTOR SÁNCHEZ BAÑOS. Los escenarios presentados por los virólogos en el planeta dieron cuenta de la muerte de miles, quizá cientos de miles o millones de seres humanos por la pandemia de COVID-19. Sin embargo, las consecuencias de una paralización del sistema productivo y económico podría dejar más muertos por hambre, según economistas y políticos.
Ante este panorama, las decisiones de líderes de Estado y Gobierno deben tomar decisiones. Algunos ven la urgencia de frenar las epidemias en sus países de hecho o de “derecho” (por decreto) para reactivar las economías de sus naciones que están en franca caída.
Sin minimizar la trascendencia de la pandemia, es importante ver los efectos en la economía mundial en corto, mediano y largo plazo, si se frenan los procesos económicos durante dos o tres meses.
Primero, tenemos que ver lo ocurrido en la economía china. Desde la primera semana de enero pasado, hasta la fecha, la mayoría de sus procesos productivos están suspendidos. Sólo el 16% de sus fábricas y empresas están trabajando y, lo más relevante, el nivel de contagio del coronavirus es importante. Pero los trabajadores forman parte de esa cadena productiva, se contagian en un 15% y están en niveles de gravedad sólo el 4% de ese grupo. La mortandad de ese 15% es de sólo 0.1%, según estimaciones de economistas.
En México, de acuerdo a los datos del vocero de la pandemia, Hugo López-Gatell, podrían afectarse hasta el 70% de la población, unos 75 millones de mexicanos, en un escenario intermedio. De ellos, entre 2 y 5% enfermarían de gravedad. Esto representa entre un millón 500 mil y 3 millones 750 mil mexicanos. De ellos, de acuerdo a cifras internacionales del comportamiento de la mortandad mundial, el 1.7% perecerían. El número de muertos se ubicaría entre 25,500 y 63,750 muertos. El número de defunciones ocurría en las 3 oleadas del virus que se espera en 2 años, hasta finales del 2021 y principios del 2022.
Ahora, en materia económica. Al frenar la producción de alimentos y otros productos, veremos que se perderán decenas de miles o quizás millones de empleos. Las fábricas cerrarán y el campo se quedaría sin sembrar ante el confinamiento de la fuerza de trabajo.
Una hambruna por el confinamiento del planeta del 5% de su fuerza productiva, afectaría a los países más pobres. Dejarían de producirse el 8% de los alimentos. Muchos, por ejemplo en México, viven al día; si no trabajan, no comen. Se trata de un 35% de la población.
En el mundo podrían morir, en casos extremos, hasta 4 millones de seres humanos. Somos 7 mil millones en el planeta. Cada año, por problemas derivados de la gripe estacional o común, que afecta a más de mil millones de personas al año, mueren hasta 500 mil personas. Otras cantidades mayores fallecen por cáncer, tabaquismo, hiperlipidemias y otras enfermedades que parecen comunes en el ser humano. Claro, ninguna es una epidemia sorpresiva como el COVID-19.
Esto es economía que es fría como un témpano. Por ello los gobernantes ponen en la balanza de las decisiones la economía y la mortandad. El líder chino, Xi Jinping tomó la decisión de abrir la zona cero de Wuhan, y materialmente dio de alta la región. Donald Trump, a pesar de los 773 muertos y 54 mil 428 infectados, a la fecha que redactamos este artículo, ve que podría levantar los confinamientos para mediados de abril. Jair Bolsonaro, de Brasil, con el fin de minimizar los 46 muertos y 2 mil 201 enfermos, la califica de “gripita” y no toma decisiones de confinamiento generalizado.
Lo que se aprecia es la decisión de algunas naciones de restablecer sus sistemas productivos y no frenar sus economías. Comer o morir. ¿Por qué decidirías? Una ruleta rusa.
Mañana te platicaré del Coronavirus y las elecciones. Lo que ven gobernantes como Andrés Manuel López Obrador, Donald Trump y otros más. Morirían algunos, pero las mayorías serían gobernadas. El lunes, te contaré lo que deben hacer para controlar la pandemia y disminuir sus efectos mortales, sin afectar la economía. Para ello, se necesita invertir mucho en salud.
PODEROSOS CABALLEROS: El presidente López Obrador acusó de corrupción a los empresarios de Constellation Brands, que invirtieron 900 millones de dólares en la construcción de una planta en Mexicali, que fue frenado por grupos de “activistas” que se dicen defensores del “agua en la región”. El gobierno de AMLO deberá pagar una indemnización a la empresa por la cancelación del proyecto. La presunta falta de agua, es un factor materialmente imposible. Ese es el insumo más importante para la producción de cerveza. El agua se tomaría de un manto que abarca desde México hasta Estados Unidos. Mala señal. Una minoría frena un proyecto multimillonario. Ahora, si es cierto lo que dice López Obrador, que se trató de un caso de corrupción, pues que se vayan a la cárcel los corruptos, sean empresarios o políticos. Nos dicen que se acabó la corrupción. La verdad es que no hay nadie en la cárcel, ni siquiera una averiguación previa.
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