POLÉMICA ENTRE MONEROS QUE SE POLARIZAN COMO EL PAÍS

NACIONAL, POLÍTICA

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Una crítica que provocó aguerridas reacciones dentro del gremio de caricaturistas explotó en Twitter. El veterano Magú lo definió certeramente en su tuit del 24 de mayo: “Hoy el monero @alarcondibujos hace este cartón sobre el tema Belinda-AMLOVE y se le arma con los seguidores carentes de humor del Peje… mmmmmmm”.

Temprano ese jueves, Antonio Helguera, de La Jornada, tuiteó un mensaje a Juan Alarcón, de El Heraldo de México, por su cartón del día. “Lo que es ver todo a través de estereotipos simplones”, escribió Helguera a propósito del dibujo, en el que un aparente seguidor de Andrés Manuel López Obrador -de quien aparece un póster sobre la pared- escucha una canción de Belinda, tumbado en una silla y rodeado de discos de Silvio Rodríguez, Mercedes Sosa, The Doors y los Beatles, así, como un retrato del Che.

“Los estereotipos ‘simplones’ no existen, deberías saberlo. Un caricaturista usa ‘moldes’ gráficos entendibles, que sirven para transmitir un mensaje con el mínimo de palabras”, reviró Alarcón en la red social.

Y el tema generó una polémica durante muchas horas. “¿Dónde quedó el humor?”, se preguntaron muchos usuarios de Twitter.

La libertad ideológica y de expresión es la fortaleza del humor, coinciden caricaturistas consultados por El Financiero. Lo políticamente correcto es veneno puro para el humor, advierte Garci, caricaturista de esta casa editorial.

“Los que vivimos de la sátira no podemos tener consideraciones, porque el humor necesariamente es incorrecto y si rompemos esa lógica nos vamos a terminar convirtiendo en unos mochos demagogos. El gran problema es que todo mundo vive indignado o finge estar indignado por algo y eso está matando al humor y a la libertad de expresión, cualquier chiste puede ofender a alguien; en el fondo es una enorme hipocresía”, dice el autor de la tira El Licenciado.

“El humor está en riesgo por el uso de las redes sociales”, advierte Trino, para quien el enojo expresado en Twitter es una señal de la creciente polarización del país.

“Hoy me sentiría hasta mal de dibujar a La Tetona Mendoza porque me iban a tildar de misógino, cuando es un personaje bien chido, fuerte, enorme en el universo de El Santos, pero la banda está muy torcida con ese rollo de lo políticamente correcto”, comenta.

El linchamiento mediático es un arma al alcance de cualquiera. Y nadie -agrega Trino- se escapa de, cuando menos, ser vapuleado. “Es una violencia tremenda. Hay gente que me defiende y qué padre, pero a veces no estoy tan de acuerdo en sus formas, porque son unos verdaderos talibanes. Quiero mucho a Alarcón y a Helguera y lo que quisiera decirles es que ojalá no se enrollen en esa polémica, porque eso es lo que quieren los políticos, que luchemos por cosas en las que ni creemos y terminemos perdiendo a nuestros amigos”.

Para Rictus, también caricaturista de este diario, la defensa de la libertad dentro del humor es fundamental.

“Puedo identificar a un grupo, junto con Helguera, que ha hecho justamente esa defensa. Pero en el caso del cartón de Alarcón, al menos así parece, hay una reticencia al humor porque se trata de una ideología y de sus seguidores. Helguera habla de que no se debe ridiculizar a aquellos que, en su opinión ‘osan desear un cambio’; en esa parte quizá tengan razón, ya son suficientemente ridiculizados por el candidato, pero quisiera que el público lector estuviera tranquilo sabiendo que existimos caricaturistas que vamos a poder encontrar libertad de expresión, de pensamiento, apoyados desde luego en medios que crean en lo mismo”.

Manjarrez, de El Heraldo de México, considera que los moneros no pueden ser juez y parte. Incluso, que no deberían tener una filiación partidista, para garantizar su credibilidad.

“En esos términos, si gana López Obrador, algunos van a ser los dibujantes lacayos del partido oficial. ¿Dónde quedará la crítica? Los políticos siempre van a cometer errores y se deben criticar, independientemente de su partido”, advierte el creador del Póker del Rock.

“Si en verdad queremos un cambio tenemos que empezar a respetar la libertad de expresión. Eso es lo que está en riesgo, no el humor. Una sociedad sana opina, cuando hay justificación, no sólo por descalificar. No podemos prescindir de esos señalamientos, para lo que la caricatura es un medio muy eficaz porque muestra lo que está pasando, sin ninguna concesión”.

Para Garci, la intolerancia actual representa el risego de recaer en el control mediático que México vivió antes de la alternancia, cuando la figura presidencial era intocable para la prensa, especialmente para los caricaturistas. “El gran peligro en estos tiempos es que la censura no viene del gobierno, sino de las buenas conciencias, desde su columna de superioridad moral. No sé qué haríamos todos, incluyendo Helguera, sin el cerdo que representa al capitalista burgués, el dinosaurio que representa al priista, o el mapache al político deshonesto. Los caricaturistas no podemos ser diplomáticos”.

Antonio Helguera fue entrevistado ayer por la tarde sobre el tema y aclaró que no tiene intención de censurar a nadie. El caricaturista de La Jornada, Proceso y El Chamuco advierte que en sus dibujos manifiesta sus opiniones. “Pueden estar de acuerdo o no, pero tengo derecho a expresar que quiero un cambio hacia la izquierda en el país. No veo problema en que nos critiquemos, eso no es censura. Censura es que un editor no te publique o que alguna autoridad presione para que no publiques”.

 

Coincide con Garci en que la censura oficial es un riesgo latente en cualquier régimen y más en tiempos electorales. “Si López Obrador llega a la presidencia y quisiera censurarnos, el primero que se pondría en contra sería yo; la simpatía no excluye la crítica. No creo que vuelva la figura intocable, sobre todo, por las redes sociales, eso ya no es posible”.

Ya no hay sentido del humor: Calderón

Si de algo trata el oficio del cartonista es del humor, un bien que parece estar en peligro, advierte el caricaturista de Reforma, Paco Calderón. “Ahí está la polémica desatada este lunes, entre Julio Astillero y Manuel Falcón, porque éste publicó un cartón en el que pone a Nestora Salgado como una orangutana. ¿Ahora resulta que te puedes reír de que a Javier Lozano lo dibujen como perro y no de Nestora? Eso es un doble rasero”.

La discusión desatada en las redes simplemente evidencia que la gente ya no tiene sentido del humor, que consiste en reírse de los demás, siempre que uno sepa reírse de sí mismo, considera Calderón. “Cada caricatura implica un juicio moral de una persona en tono burlón y en la medida que va perdiendo ese tono y se acerca al insulto, pierde un poco su efectividad. Yo no veo insulto en la caricatura de Alarcón”.

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