¡POR MIS HIJAS, Y POR TODAS! @MARTHAGTZ #Domingueando en @elheraldo_mx
El presidente AMLO puso lo mejor de sí para convertir el 8 y 9 de marzo en un tema electoral, político y puramente de poder.
A estas alturas es evidente que el actual gobierno NO es de izquierda, NO es liberal y mucho menos ciudadano. El movimiento feminista del #8M lo exhibió y lo dejó muy claro. Aunque, todavía queda la duda de si este gobierno aún puede llamarse democrático.
Fue tan importante y trascendental lo que en los últimos días provocamos las mujeres de este país, que el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador y sus asesores, sin reparar que estaban poniendo en juego lo que resta de su administración, intentaron boicotear en las calles la marcha en un afán inútil de minimizar mediáticamente los hechos y las verdaderas causas del movimiento. Desdeñaron las ideas y el clamor de miles y miles de mujeres que salimos a las calles exigiendo seguridad, justicia y un alto a la impunidad ante el incremento de violencia, inseguridad, desapariciones, violaciones, feminicidios, entre otros que se cometen diariamente contra mujeres y niñas.
Lo ocurrido demuestra que SÍ hay un antes y un después de este 8 y 9 de marzo, que SÍ podemos cambiar el rumbo y la historia de nuestro país, estamos en ello. Que el movimiento feminista es un movimiento de integración fundamental del Estado y la democracia, sobre la toma de decisiones y el cambio radical que puede provocar la mujer en ello.
También hizo evidente la incapacidad del gobierno de la Ciudad y la subordinación abnegada de Claudia Sheinbaum (irónicamente una de las principales características del movimiento es la igualdad de fondo alejada de la subordinación sin sentido), inventó que la marcha #8M fue de entre 20 mil y 80 mil mujeres, cerró el acceso al Zócalo por 16 de Septiembre, blindó monumentos, infiltró provocadoras, promovió rumores para infundir miedo y desalentar a las manifestantes, ante lo cual muchas decidieron no continuar el recorrido, enviaron anarquistas para detonar bombas molotov (como si no supiéramos que personajes como Aleida Alavez son expertas en eso; recordemos lo ocurrido en 2012).
Esta estrategia no es nueva, lleva 20 años perfeccionándose en movimientos callejeros, pero en esta ocasión AMLO puso lo mejor de sí para convertir el 8 y 9 de marzo de 2020 en un tema electoral, político y puramente de poder. Se traicionó a sí mismo, y un asunto del pueblo lo convirtió en un asunto personal.
¡Grave error, señor Presidente! No se trata de Usted ni de sus elecciones. Se trata de las mujeres, del funcionamiento de las instituciones y del futuro del país.
En los últimos días el Presidente dejó muy claro que para él, no es un asunto de la mujer, sino de él. Que todo gira en torno a su persona: AMLO distorsionó la realidad porque así le conviene, y parece que está dispuesto a hacerlo en todas las áreas y materias de nuestra vida.
Al final del día, el movimiento es contra el machismo y el patriarcado, es contra este tipo de actitudes y no vamos a detenernos.
Abróchense los cinturones.
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/OPINIÓN
POR MARTHA GUTIÉRREZ
ANALISTA EN COMUNICACIÓN POLÍTICA
@MARTHAGTZ