PORQUE NO MANIFESTARSE / LOURDES MELGAR
Debería resistir la tentación de escribir sobre el precio de la gasolina, pero me asombran los comentarios y propuestas de algunos de mis amigos de FB.
¿En serio vamos a bloquear las gasolineras? ¿Quien creen que se va a ver afectado? el consumidor, por supuesto. Tú, tu mamá, tu esposo, tus hijos, la ambulancia que debe recoger a algún enfermo, el cirujano que es requerido en una operación, el abogado que tiene cita en un tribunal, el maestro que tiene que llegar a dar clases?
¿En serio queremos tan poco a nuestro México que deseamos generar caos y acabar como Venezuela? ¿Eso va a hacer nuestra vida mejor?¿En serio creen que el gobierno va a bajar el precio de la gasolina si generamos caos o simplemente vamos a hacerle el caldo gordo a los que tienen su propia agenda política?
Entiendo perfecto el enojo y la preocupación de que con el precio de la gasolina suba todo. A mi tampoco me hace gracia pagar más, pero vale la pena analizar el tema del precio de las gasolinas.
Me gustaría recordar algunos datos que quizás ayuden a entender que está pasando y qué podemos esperar en el mediano plazo:
1. Hasta hace poco, las gasolinas en México estaban fuertemente subsidiadas. De acuerdo a John Scott del CIDE en 2012, el subsidio a la gasolina era equivalente a 3% del PIB, 52% de ese subsidio beneficiaba a los dos deciles más altos de la población. Es decir, se estaba subsidiando principalmente a los más ricos, a sus suburbans y sus coches de guaruras.
Varios grupos de académicos, exigimos al gobierno que acabara con ese subsidio. Les recomiendo además de los artículos de Scott, las publicaciones de IMCO y CIDAC sobre el tema.
2. La Reforma Energética nunca prometió gasolinas baratas. La reforma ofrecía bajar los costos de la electricidad y el gas natural. De hecho, la gasolina tiene un impuesto al carbono, dada la política de mitigación de emisiones de gas efecto invernadero que México sigue desde la administración pasada.
3. Más del 53% de la gasolina es importada. Esta es una realidad que existe previo a esta administración o a la Reforma Energética. Las refinerías de Pemex no están en este momento en condición de procesar más crudo, sin duda hay que resolver la problemática de las refinerías, pero eso no va a suceder de la noche a la mañana. Por lo tanto, México va a seguir importando gasolinas: hoy en día pueden hacerlo Pemex y los privados. Si los particulares lo hacen en forma más eficiente, podríamos ver precios más bajos.
Ahora bien, la gasolina se cotiza en dólares, y como el peso se ha devaluado, cuesta más. Además, el precio de la gasolina también está vinculado al precio del petróleo, el cual también ha venido subiendo. Esas son dos realidades que tenemos que aceptar.
4. La gasolina tiene una serie de impuestos y sin duda ha jugado un papel recaudador en los últimos dos años en los que se desplomó el precio del petróleo, ayudando a sortear la crisis.
5. Aún con los incrementos que veremos en enero, la gasolina en México será de las más bajas de los países OCDE.
Entiendo que nos comparemos con EUA, pero allá hay excedentes importantes de gasolina, grandes inventarios que no tenemos en México. En EUA hay excedente, en México, escasez, lo que se refleja en el precio.
6. Lo que urge es que lleguen las inversiones en infraestructura, poliductos, terminales de almacenamiento, incluso refinerías, y que haya competencia.
Si México es un país estable, vendrán las inversiones. Si creamos caos, no vendrán o llegarán a cuenta gotas, alargando el periodo de precios altos.
7. Desde mi punto de vista sí hay algo que debemos exigir: el combate al robo de gasolinas y mayor inversión en transporte público, sustentable y de calidad.
8. En los próximos meses, habrá momentos de precios más altos y otros de más bajos. Como sucede en todos los países con mercados de combustibles liberalizados. En la medida en que crezca la oferta, irá bajando el precio, en algunas regiones podrá bajar antes que en otras. Y para eso, hace falta atraer inversiones, lo que sucederá si somos un país estable.