REPRESENTAN PASIÓN DE CRISTO FRENTE A LA CATEDRAL METROPOLITANA

NACIONAL

CRISTO

CIUDAD DE MEXICO .- Jesús de Nazaret apareció frente a los asistentes poco después de las 10 de la mañana, frente a la Catedral Metropolitana. Fue presentado a Poncio Pilato para que decidiera enjuiciarlo por proclamarse rey de los judíos.

El público se enganchó, sabía lo que vendría: golpes, burlas, sufrimientos al ya de por sí muy herido Jesús, quien fue interpretado por segundo año consecutivo por Francisco Arroyo.

Los 40 actores que participaron en el viacrucis, que esta mañana se escenificó en el arroyo vehicular del Zócalo capitalino, lograron sorprender a niños, jóvenes y adultos, quienes ya sea por casualidad o con toda la intención llegaron para formar parte de la Pasión de Cristo.

La señora Susana Flores, de 55 años de edad, llegó acompañada de su nieto Juan, de nueve años. “Me gusta venir a este viacrucis porque no hay tanta gente y se puede ver bien”. Para ella, católica, es importante recordar y enseñar a sus hijos y nietos esta “tradición”.

El drama que se vivió en cada una de las seis estaciones mantuvo al público atento pues caminaron junto con los soldados romanos y Jesús cargando una cruz de más de 50 kilos.

La primera estación tuvo lugar en la calle 5 de Mayo y Zócalo, en el encuentro con María; la segunda en 5 de febrero y Plaza de la Constitución, ahí Jesús se descubrió al Cireneo.

La tercera estación fue en la calle 20 de Noviembre, donde Cristo dialogó con la Verónica; en la cuarta, en Pino Suárez y Zócalo, el apóstol Pedro salió al paso de Jesús.

Frente a la puerta de Palacio Nacional, Jesús habló con las mujeres piadosas, y la última estación fue frente a la calle de Moneda y Plaza de la Constitución.

Francisco Hernández, director general de la Compañía Nacional de Teatro Clásico “Fénix Novohispano”, al finalizar la escenificación, señaló que “en el estado de guerra en el que vivimos, todo lo que dice Cristo: la piedad, la hermandad, la justicia, es un mensaje vigente, vivo y que necesitamos retomarlo como sociedad y nación para poder terminar con este baño de sangre que está viviendo nuestro país.

“Necesitamos hermanarnos todos para que cambie el país, podamos crecer y podamos conocer nuestra identidad”.

Recordó que esta es la representación número 17 y dijo que el rasgo característico de esta escenificación es que se realiza con actores, “no se quedan con el sentimiento sino buscan proyectarlo. Los fieles muy respetuosamente lo hacen desde un punto de vista religiosa, y nosotros actoral. Esto, creo es una gran diferencia”.

Agregó que realizarla en el Zócalo, entre edificios “tan magestuosos”, le da otro carácter, “de reconocer nuestro patrimonio y nuestra historia”.

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