RETROVISOR POLÍTICO / EL ELEFANTE DEL DESABASTO @ivonnemelgar #Domingueando mujeresmas.mx
¿Fue en la visita de Naciones Unidas donde el Presidente de la República se convenció de que era contraproducente seguir negando el desabasto de medicamentos?
¿Acaso el encuentro en Nueva York con Juan Ramón de la Fuente, exrector de la UNAM y exsecretario de Salud, permitió dimensionar el tamaño del elefante en la sala de espera de clínicas y hospitales?
¿Alguien en la representación de México ante la ONU lo puso al tanto del desorden y hasta de los pleitos que se han tenido con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos ante el tortuguismo en la compra de insumos y medicamentos?
¿Es que algún diputado o senador le contó que cada vez es más difícil justificar la falta de tratamientos para el cáncer infantil con la explicación de las farmacéuticas corruptas del pasado?
Son dudas que se suman a la larga lista de preguntas, solicitudes de información que se han quedado sin responder desde que, en el inicio del sexenio, se determinó concentrar la adquisición de medicamentos, con el propósito de ahorrar y romper los negocios privados.
Son dudas que están registradas y que continúan siendo eso.
La excomisionada del otrora Ifai (hoy Inai), María Elena Pérez- Jaén, ha realizado hasta ahora 21 solicitudes en la plataforma nacional de transparencia para conocer, por ejemplo, el informe de Raquel Buenrostro, oficial mayor de la Secretaría de Hacienda (SHCP) en 2019, sobre las 10 empresas que manejaban a su antojo las licitaciones correspondientes. Porque eso se informó en las mañaneras. Pero la Oficina de la Presidencia respondió: “inexistencia de la información”. Y en la SHCP ofrecieron como prueba las notas de los dichos oficiales.
Con la solicitud de una copia del Acuerdo Marco suscrito entre el gobierno federal y la UNOPS, la Oficina de la Presidencia reportó que era incompetente porque sólo había atestiguado la firma. Los comisionados del Inai revocaron esa respuesta declarando que sí era competente y le ordenó buscar el acuerdo. Vino formalmente otra respuesta de “inexistencia”.
Ya en el colmo del ping-pong, también la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) se asumió incompetente para ofrecer una copia del acuerdo con la UNOPS. Y el Inai lo reconfirmó.
Tampoco el Insabi, IMSS ni la Secretaría de Salud han podido entregar copia de los contratos de compra de medicamentos oncológicos y del presupuesto otorgado.
Menos aún hubo evidencias documentadas de los anunciados ahorros del 20% en la compra de medicamentos, como se reportó el 31 de agosto de 2019. Ni de los ahorros declarados por el secretario de Salud, Jorge Alcocer, el 20 de julio pasado, como tampoco del informe del abasto que ese día dio por cumplido.
Lo único cierto es que el elefante del desabasto también se instaló en el Congreso. Y así lo registramos cuatro sábados atrás en este espacio al reseñar los 20 documentos que se habían acumulado en las primeras seis semanas de la actual legislatura y en los que diputados y senadores de Morena, PT, PVEM, PES PAN y PRI pedían desde frenar el supuesto robo de insumos de salud que hay en los almacenes hasta asignar recursos para la compra de quimios para los niños con cáncer, pasando por el exhorto de garantizar los truncos esquemas de vacunación infantil.
El 4 de noviembre, María Elena Pérez-Jaén entregó a los comisionados del Inai una solicitud formal: afrontar la opacidad con la que la UNOPS tiene entrampado el abasto de medicamentos en México, y para el cual suscribió un acuerdo con el Insabi por 6 mil millones de dólares.
La especialista argumentó que una cantidad de esta naturaleza no puede mantenerse en la oscuridad bajo el subterfugio de la inmunidad diplomática. “La UNOPS debe ser sujeto obligado a la ley mexicana de transparencia”, alegó.
Y si bien las declaraciones del presidente López Obrador, de que no quiere más pretextos ante el persistente desabasto, permiten ahora a los legisladores de Morena asumir el problema, en la Comisión de Salud del Senado formularon la semana anterior, aun cuando el tema era tabú, una solicitud que este jueves expuso en tribuna la morenista Margarita Valdez: que las autoridades del sector les envíen información exacta sobre la capacidad que se tiene en cada uno de los hospitales públicos para surtir las recetas, particularmente de los pacientes con cáncer.
A la mitad del sexenio, el elefante del desabasto en la sala de la autoproclamada Cuarta Transformación tiene a prueba a los responsables de resolverlo: el secretario Alcocer; Juan Ferrer, del Insabi y el subsecretario López-Gatell, quienes se durmieron en sus laureles, cobijados en el discurso oficial que culpaba a los adversarios del gobierno de haber hecho un teatro sustentado en mentiras.
En esa lista incluyeron a la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC) al documentar que, del 11 de diciembre de 2019 al 11 de diciembre de 2020, hubo 2,190 fallecimientos de menores de edad.
De esa dimensión es el elefante que deja huella de cómo se pierde la eficacia y la capacidad de corregir, cuando la política pública se decreta desde la ilusión retórica, aunque sus pruebas documentales sean “inexistentes”.