ROEMER: EN BUSCA DEL DEPREDADOR / FABIOLA DÍAZ DE LEÓN, ESCUELA DE SEÑORITAS @escdesenoritas #JuevesDeMasColumnas

COLUMNA, NACIONAL, POLÍTICA

Por fin el día 5 de mayo de 2021 se libera una orden de aprehensión en su contra y se congelan sus cuentas para evitar su escape. El sujeto se encuentra ya en Israel donde va como Andrés Rosemberg.

Es poco probable que la justicia lo alcance, o no, existen 8 carpetas de investigación en su contra desde el pasado mes de marzo. Tiempo más que suficiente para que el sujeto cambie de ubicación, personalidad jurídica y apariencia. ¿Qué podemos rescatar de esto? Tal vez un grano de arena en las toneladas de impunidad que cubren a México. Un manotazo en la mano de los poderosos que se sienten intocables hasta que dejan de serlo. Un estate quieto a los miles de millones de mexicanos y mexicanas que comparten la visión de que las mujeres se exponen en búsqueda de su propio beneficio y que más merecen por no “darse su lugar”.

Para ser abusada sexualmente en este país no necesitamos exponernos, asi vivimos, expuestas. Sometidas a ser carne de cañón del deseo mal entendido de los otros y las otras. Porque la violencia sexual (y de cualquier índole) no es privativa del género masculino, se da, y mucho, entre las propias mujeres, entre las mismas infancias. Tenemos un verdadero problema en el tejido social deshecho que permea todos los ámbitos y las clases sociales, étnicas, comunitarias. Tenemos un problema de base en el que el fuerte oprime al débil, en el que el astuto abusa del inocente. Un problema que se perpetúa ad infinitum mientras no se rompe la cadena alimenticia del depredador devorando a la presa.

Andrés Roemer, o Rosemberg, es solo una punta de lanza en un sistema que permite que el fuerte o el poderoso abuse una y mil veces de quien caiga en su campo de acción. Y siempre tienen algo qué ofrecer. El depredador no va simplemente cargando con todo a su paso, va tendiendo redes y dejando anzuelos que atraen a sus presas. Son los salvadores, los que ofrecen empleos, los que ponen a su alcance una salida a la miseria diaria de su existencia, los que redimen prostitutas, los que ofrecen una mano en el momento adecuado para después cooptar y mantener la rienda firme mientras someten, humillan, explotan, abusan, violan.

El monstruo no va a dar la cara de frente, todo lo contrario, va a mostrarse totalmente seductor y todo encanto. Va a poner sobre la mesa una oportunidad única, va a ofrecer un trato imposible de rechazar. Va a ofrecer amor incondicional, cariño, comprensión. Va a decir la palabra precisa en el momento justo. Sea dinero, trabajo, cariño, placer, compañía, empatía, escucha, van a ser muchas cosas a la vez hasta el momento en que, como las arañas, tienen sus redes tendidas para que la presa no escape, para que la víctima no sea capaz ni siquiera de ver su realidad de víctima. Para que la presa piense que todo lo que le sucede es por su propia culpa, porque sin duda se lo buscaron. Porque no hay motivo de queja posible ante el castigo o la violencia. Eso es el contexto en el que millones de víctimas se encuentran. El daño está hecho y el camino a la rehabilitación es largo y tortuoso. Empezando porque los mecanismos de acompañamiento de víctimas son escasos y de difícil acceso. Terminando porque en ese camino puede aparecer otro depredador que por salvarte de tu opresor inicial te coloque en una nueva telaraña.