#Sabadeando “CIRUGÍA PENAL: DEL RUIDO A LA REALIDAD” @ivonnemelgar EN @Excelsior

COLUMNA, NACIONAL, POLÍTICA

En medio del ruido, el Senado tendrá la oportunidad de protagonizar el debate de cómo afrontamos aquel diagnóstico del fiscal en el que señala que la falta de justicia se sustenta en el triángulo inseguridad, corrupción e impunidad

En medio del ruido que genera la exitosa comunicación presidencial, el debate de las definiciones nacionales resulta imposible. Y aunque el talento del gran vocero construye respuestas ingeniosas para casi todo, la realidad es que hay una falta de claridad para concretar el lema de campaña de abrazos, no balazos.

Así lo confirmamos este 15 de enero con la postergación, para el primero de febrero, de la entrega de la reforma constitucional al sistema penal.

La improvisada decisión quedó de manifiesto cuando la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, leyó en el Senado un discurso en el que daba por hecho el acto abortado. También el mensaje del consejero jurídico de la presidencia de la República, Julio Scherer Ibarra, sugería que estaban ahí para presentar los documentos que se filtraron la noche anterior, revelando el calibre del cambio con el impulso de la justicia cívica, un nuevo código penal nacional, otro de procedimientos penales, una ley de ejecución penal y otra de justicia para adolescentes.

“Todas estas iniciativas pretenden formar un nuevo paradigma que nos lleve a consolidar un nuevo modelo de seguridad y justicia que sustituya el actual que ha fracasado”, expuso Scherer Ibarra. Entonces, ¿por qué se echaron para atrás? ¿Quién hizo los documentos que asustaron a todos los grupos parlamentarios, incluyendo a Morena?

A esas incógnitas se suman versiones de la falta de acuerdo sobre cómo enfrentar la criminalidad entre el fiscal Alejandro Gertz Manero y el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo. ¿Alguien no cree en la consigna de abrazos no balazos?

Otras versiones alertan que la falta de consenso incluye a la secretaria Sánchez Cordero la cual perdería facultades frente a una poderosa Fiscalía. Una explicación adicional del retraso es que aún está en marcha el cabildeo del apretón que se le aplicaría al Poder Judicial, encabezado por el ministro Arturo Zaldívar, quien, por cierto, no fue invitado al acto de los senadores.

Más allá de especulaciones, los documentos filtrados dan cuenta de la pretensión de una cirugía mayor a la política criminal, restándole peso al enfoque de derechos humanos que en la última década se instauró, gracias al activismo de organizaciones civiles, de la Suprema Corte y de instancias internacionales.

Esa cirugía, que en el Senado ya se califica de regresiva, se expresaría en el arraigo para todos los delitos, el control de las detenciones por parte del Ministerio Público y la intervención de llamadas y correos.

Otra evidencia es la tensión entre Gertz Manero y el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto, destinatario de la crítica que el fiscal hizo el 8 de enero, cuando la representante de México ante Ginebra, Socorro Flores, contó las críticas de organismos de derechos humanos por nuestro incumplimiento a la presunción de inocencia.

“Si señora, la Fiscalía, como órgano autónomo, ha sido muy respetuosa de la presunción de inocencia. Y qué bueno que usted lo señala porque hay unidades, no de la Fiscalía, sino del gobierno, que no respetan esa presunción”, justificó Gertz Manero.

¿Eso significa que el fiscal está en desacuerdo con las denuncias mediáticas de la  Unidad de Inteligencia Financiera, como las que se han sumado a la saña política en contra de Rosario Robles, encarcelada sin un debido proceso?

Las dudas se acumulan para todos. Porque tampoco Gertz Manero tiene mucho de qué presumir en el manejo y en los resultados de las investigaciones criminales y de corrupción.

Aunque en el plano de la retórica, el fiscal se llevó las palmas en el Senado al ilustrar la perversidad del sistema penal: “Nos pasa que los que se roban un país pueden andar en la calle y los que se roban 20 pesos tienen que pasar el resto de su vida en una cárcel”.

¿Acaso Gertz Manero quiere y no puede ir en contra de los que se robaron el país?

Demasiada palabrería. Y ese es el déficit que se va convirtiendo en sello de la Cuarta Transformación: siguen diagnosticando al país como si la campaña fuera eterna.

Lo cierto es que, como lo declaró Scherer Ibarra, hoy “necesitamos una nueva norma para perseguir los delitos”.

Así que en medio del ruido, el Senado tendrá la oportunidad de protagonizar –con activistas, jueces, penalistas, ministros, magistrados y funcionarios– el debate de cómo afrontamos aquel diagnóstico del fiscal en el que señala que la falta de justicia se sustenta en el triángulo inseguridad, corrupción e impunidad.

Si bien la propuesta llegará de Palacio, su viabilidad dependerá del oficio del jefe de los senadores morenistas, Ricardo Monreal, para construir con la oposición –débil pero todavía imprescindible– esa inevitable mayoría calificada que una reforma constitucional requiere.

¿Será que al fin pasaremos del ruido a la realidad?