SABÍAS QUE?…: “DECODIFICAR EL GENOMA HUMANO REVOLUCIONA LUCHA CONTRA CÁNCER”: WINSTON TAN
Los avances han sido, principalmente, en el uso de la información del genoma, identificación de objetivos terapéuticos y la transferencia de éstos a los pacientes, señala a Crónica Winston Tan, de la Clínica Mayo.
En lo que va del siglo XXI, la lucha contra el cáncer ha avanzado a mayor velocidad en tres grandes carriles: 1) el uso de la información del genoma humano para comprender cuáles pacientes tienen predisposición a desarrollar uno u otro tipo de cáncer; 2) la identificación de nuevos “blancos” u “objetivos” moleculares para fabricar medicamentos que actúen en procesos más específicos, y 3) el avance de la medicina traslacional, que ayuda a que los avances de la ciencia básica lleguen más rápido hasta los médicos y el trabajo clínico.
Lo anterior fue explicado, en entrevista exclusiva con Crónica, por el doctor Winston Tan, investigador de la División de Hematología y Oncología de la Clínica Mayo, en Florida. Este centro médico es una organización sin fines lucrativos, que forma parte de la Clínica Mayo, fundada en Rochester, Minnesota, en 1889.
“Hay dos tipos generales de información del genoma humano que estamos usando: en primer lugar, estudiamos los genes hereditarios, que todos recibimos de nuestros padres y abuelos, para detectar cuáles son los pacientes que están en alto riesgo de desarrollar algún tipo específico de cáncer e incluso detectar a pacientes que pueden desarrollar múltiples cánceres al mismo tiempo, algunos de los cuales fueron heredados por su línea genética materna y otros por su línea genética paterna. Hay personas que pueden desarrollar al mismo tiempo tres tipos diferentes de cáncer, que se habían presentado en diferentes miembros de su familia”, indica el doctor Tan, quien visitó México unas horas para ofrecer una conferencia en el Hospital Médica Sur.
“Los otros genes que estamos estudiando son los genes que se han alterado en las personas que tienen células cancerígenas. Hemos identificado ya un buen conjunto de genes alterados que se han convertido en “blancos”, “objetivos” o targets, para después desarrollar medicamentos que actúen sobre ellos”, añadió.
TIROS DE PRECISIÓN. Si, en sentido figurado, se usa la expresión “blanco molecular” para referirse a genes alterados que deben ser bloqueados o anulados para que no provoquen cáncer, también es posible comparar a las nuevas medicinas con “tiros de precisión” que sólo ataquen al gen cancerígeno u oncogen, sin dañar otras células o tejidos sanos.
Uno de los blancos moleculares que tiene más tiempo de haber sido descubierto es el receptor de estrógenos y muchos otros han sido descubiertos después como el receptor HER. Su presencia o no permite saber si un tipo quimioterapia será benéfica o perjudicial para diferentes pacientes.
“Esto blancos moleculares nos han permitido salvar la vida de pacientes que tenían cánceres muy agresivos que antes podían ser mucho más dañados por las terapias, también agresivas, que debían aplicarse. Ahora la acción terapéutica va a puntos muy específicos. Quizá el ejemplo muy ilustrativo para sus lectores es decir que antes los pacientes con cáncer de pulmón tenían que ser atendidos con quimioterapias muy fuertes y ahora pueden tener efectos curativos muy similares con píldoras que se toman oralmente”, explicó el doctor Tan, quien es también profesor asociado de medicina en la Clínica Mayo.
Otro de los blancos moleculares en los que se está trabajando está relacionado con los cánceres de piel, donde se han identificado moléculas que pueden acelerar el cáncer pero que pueden ser bloqueadas o tratadas con pastillas, que se deben tomar a lo largo de dos o tres años para frenar el cáncer.
“El genoma humano ha sido una gran herramienta, pero también hay que reconocer que la solución no sólo proviene de la herramienta sino del hecho de que los investigadores, médicos y clínicos desarrollaron una nueva manera de pensar, un nuevo paradigma para atacar las enfermedades. Hoy usamos los genes para predecir, para detectar mutaciones y para predecir cómo reaccionará una persona ante un medicamento”, subrayó Winston Tan.
CIENTOS DE TARGETS. Aunque la mayor parte de los genes mutados que provocan cáncer han sido identificados para cáncer de pulmón y cáncer de mama, el mismo modelo de trabajo se puede aplicar a otros cánceres, como explica el médico de Clinica Mayo Florida.
“Hay un gran campo de oportunidades para encontrar mutaciones o blancos moleculares específicos. Algunos de los cánceres en los que se está trabajando con más intensidad son los cánceres de próstata, riñones, hígado. En cada uno de ellos se han identificado mutaciones genéticas y se trabaja en el desarrollo de nuevos medicamentos específicos, pero también se está trabajando en inmunoterapias, que consisten en aprovechar los mecanismos del sistema inmune para combatir las células mutadas”, detalló el especialista en oncología y hematología.
Las inmunoterapia buscan ensanchar o ampliar el rango de acción del sistema de defensas del propio paciente.
“Se puede decir que si el cáncer inicia por un error en la reproducción de las células del propio cuerpo, lo que ahora estamos haciendo es reforzar algunas células del sistema defensivo para que tengas capacidad de detectar y combatir más temprano a las células que fueron copiadas con errores. Esto ya no es específicamente genético pero es el nuevo campo de grandes avances contra el cáncer: la inmunoterapia”, dijo el experto de Clínica Mayo.
Además de los trabajo de investigación del doctor Tan, sus esfuerzos también están enfocados en la medicina traslacional porque está convencido de que tiene que existir un grupo específico de científicos que unan el puente entre los laboratorios de ciencia básica y los médicos que trabajan directamente con pacientes.
“Mientras los investigadores de ciencia básica enfocan mucho esfuerzo en comprender los mecanismos moleculares o celulares del cáncer y crear nuevos modelos para inhibir a las células cancerígenas, en el otro extremo están los médicos que tratan diariamente con pacientes y están más interesados en saber si un medicamento funciona para uno de sus pacientes pero no para otro. Entre esos dos grupos de profesionales tiene que existir otro grupo que dialogue con ambos y permita circular la información para que lo que sirve y no sirve se conozca en ambos grupos y los avances lleguen más rápido a la atención clínica”, concluyó el doctor Tan.