SABÍAS QUE ? HOY ES DOMINGO DE PENTECOSTÉS

NACIONAL

image1CIUDAD DE MÉXICO.- Es una festividad cristiana que data del siglo primero y estaba muy estrechamente relacionada con la Pascua. La fiesta de Pentecostés es uno de los Domingos más importantes del año litúrgico, después de la Pascua. En la misa de Pentecostés se conmemora la aparición del Espíritu Santo ante la Virgen María y los apóstoles.

En este tiempo los cristianos tenemos la oportunidad de vivir intensamente la relación existente entre la Resurrección de Cristo, su Ascensión y la venida del Espíritu Santo. Es bueno tener presente, entonces, que todo el tiempo de Pascua es, también, tiempo del Espíritu Santo, Espíritu que es fruto de la Pascua, que estuvo en el nacimiento de la Iglesia y que, además, siempre estará presente entre nosotros, inspirando nuestra vida, renovando nuestro interior e impulsándonos a ser testigos en medio de la realidad que nos corresponde vivir.

Entre las muchas actividades que se preparan para esta fiesta, se encuentran las ya tradicionales Vigilias de Pentecostés que, bien pensadas y lo suficientemente preparadas, pueden ser experiencias profundas y significativas para quienes participan en ellas. Una vigilia, que significa “Noche en vela” porque se desarrolla de noche, es un acto litúrgico, una importante celebración de un grupo o una comunidad que vigila y reflexiona en oración mientras la población duerme. Se trata de estar despiertos durante la noche a la espera de la luz del día de una fiesta importante, en este caso Pentecostés. En ella se comparten, a la luz de la Palabra de Dios experiencias, testimonios y vivencias. Todo en un ambiente de acogida y respeto.

En el caso de Pentecostés centramos la atención en el Espíritu Santo prometido por Jesús en reiteradas ocasiones. Algo que nunca debiera estar ausente en una Vigilia de Pentecostés son los dones y los frutos del Espíritu Santo. Debemos destacarlos y hacer que la gente los tenga presente, los asimile y los haga vida.

Invoquemos, una vez más, al Espíritu Santo para que nos regale sus luces y su fuerza y, sobre todo, nos haga fieles testigos de Jesucristo, nuestro Señor.

Pentecostés en profundidad
Pentecostés era una fiesta que celebraban los judíos 50 días después de la Pascua para darle gracias a Dios por las cosechas. Era una fiesta muy importante para ellos, y es en el marco de esta celebración que Dios decide realizar un acontecimiento increíble. Durante la Última Cena, Jesús les había prometido a sus apóstoles: «Mi Padre les dará otro Abogado, que estará con ustedes para siempre: el espíritu de Verdad. Cuando venga Aquél, el Espíritu de Verdad, los guiará hasta la verdad completa, y les comunicará las cosas que están por venir» (Jn 16,7-14).

Pero esta promesa se cumpliría recién 50 días después de la resurrección de Jesús, en el día de la fiesta de Pentecostés. Ese día, los apóstoles estaban reunidos junto con María, y tenían miedo de salir a predicar, todavía su fe no era tan fuerte. De repente, se escuchó un viento fuerte y un fuego en forma de lenguas se posó sobre cada uno de ellos. Fue así como quedaron llenos del Espíritu Santo, y empezaron sin miedo a hablar en lenguas que ni ellos mismos conocían, anunciando la Palabra y el amor de Dios.

Todos ellos, desde ese momento, con valentía salieron a predicar a todo el mundo las enseñanzas de Jesús. El Espíritu Santo les dio fuerzas para la gran misión que tenían que cumplir: Llevar la palabra de Jesús a todas las naciones, y bautizar a todos los hombres en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Los católicos celebramos este día recordando que desde ese momento comenzó a existir la Iglesia como tal.

El milagro de Pentecostés es que los apóstoles pudieron salir a anunciar a Dios a los demás. ¿Pero, qué tiene que ver esta fiesta con nuestra Confirmación? La Confirmación es el Pentecostés de cada cristiano, es el momento en que nosotros, al igual que los apóstoles, recibimos la plenitud del Espíritu Santo para salir con valor y entusiasmo a anunciar a Jesús al mundo. Es el momento en que el Espíritu Santo viene a ti y te da todo lo que necesitas para ser un buen cristiano, de esos auténticos, de esos que el mundo necesita hoy.

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En el Catecismo
1287 Ahora bien, esta plenitud del Espíritu no debía permanecer únicamente en el Mesías, sino que debía ser comunicada a todo el pueblo mesiánico. En repetidas ocasiones Cristo prometió esta efusión del Espíritu, promesa que realizó primero el día de Pascua y luego, de manera más manifiesta el día de Pentecostés. Llenos del Espíritu Santo, los Apóstoles comienzan a proclamar “las maravillas de Dios” y Pedro declara que esta efusión del Espíritu es el signo de los tiempos mesiánicos. Los que creyeron en la predicación apostólica y se hicieron bautizar, recibieron a su vez el don del Espíritu Santo.

1288 “Desde aquel tiempo, los Apóstoles, en cumplimiento de la voluntad de Cristo, comunicaban a los neófitos, mediante la imposición de las manos, el don del Espíritu Santo, destinado a completar la gracia del Bautismo. Esto explica por qué en la carta a los Hebreos se recuerda, entre los primeros elementos de la formación cristiana, la doctrina del Bautismo y de la imposición de las manos. Es esta imposición de las manos la que ha sido con toda razón considerada por la tradición católica como el primitivo origen del sacramento de la Confirmación, el cual perpetúa, en cierto modo, en la Iglesia, la gracia de Pentecostés”.

1302 De la celebración se deduce que el efecto del sacramento de la Confirmación es la efusión especial del Espíritu Santo, como fue concedida en otro tiempo a los Apóstoles el día de Pentecostés.

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Citas de la Sagrada Escritura
«Porque Pablo había decidido dejar a un lado a Éfeso para no detenerse en Asia, pues se apresuraba para estar, si le era posible, el día de Pentecostés en Jerusalén». Hechos 20,16

«Pero me quedaré en Éfeso hasta Pentecostés». 1 Corintios 16,8

«Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos. Se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse». Hechos 2,1-4

Frases del Papa Francisco acerca de Pentecostés
«El Pentecostés del cenáculo de Jerusalén es el inicio, un inicio que se prolonga. El Espíritu Santo es el don por excelencia de Cristo resucitado a sus Apóstoles, pero Él quiere que llegue a todos. Jesús, como hemos escuchado en el Evangelio, dice: «Yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros» (Jn 14,16). Es el Espíritu Paráclito, el “Consolador”, que da el valor para recorrer los caminos del mundo llevando el Evangelio».

«En esta solemnidad de Pentecostés, contemplando y reviviendo “la efusión del Espíritu Santo, que Cristo resucitado derramó sobre la Iglesia”, acontecimiento de gracia que desborda el cenáculo de Jerusalén para difundirse por todo el mundo y que “no es un hecho lejano, de hace dos mil años, sino que llega hasta nosotros”».

«El día de Pentecostés, cuando los discípulos “quedaron llenos del Espíritu Santo”, fue el bautismo de la Iglesia, que nació “en salida”, en “partida” para anunciar a todos la Buena Noticia».

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Frases de Benedicto XVI acerca de Pentecostés
«Cuanto más sepamos ponernos a disposición de la Palabra divina, tanto más podremos constatar que el misterio de Pentecostés está vivo también hoy en la Iglesia de Dios».

«La Iglesia en el día de Pentecostés muestra con toda evidencia esta dimensión pública del creer y del anunciar a todos sin temor la propia fe. Es el don del Espíritu Santo el que capacita para la misión y fortalece nuestro testimonio, haciéndolo franco y valeroso».

«El mundo en que vivimos es obra del Espíritu Creador. Pentecostés no es sólo el origen de la Iglesia y, por eso, de modo especial, su fiesta; Pentecostés es también una fiesta de la creación. El mundo no existe por sí mismo; proviene del Espíritu Creador de Dios, de la Palabra Creadora de Dios».

«Pentecostés es esto: Jesús, y mediante él Dios mismo, viene a nosotros y nos atrae dentro de sí. “Él manda el Espíritu Santo”, dice la Escritura. ¿Cuál es su efecto? Ante todo, quisiera poner de relieve dos aspectos: el Espíritu Santo, a través del cual Dios viene a nosotros, nos trae vida y libertad. Miremos ambas cosas un poco más de cerca. “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”, dice Jesús en el evangelio de san Juan (Jn 10, 10)».

«Así pues, oremos a Dios Padre, por nuestro Señor Jesucristo, en la gracia del Espíritu Santo, para que la celebración de la solemnidad de Pentecostés sea como fuego ardiente y viento impetuoso para la vida cristiana y para la misión de toda la Iglesia».

Frases de San Juan Pablo II acerca de Pentecostés
«La Iglesia de Cristo está siempre, por decirlo así, en estado de Pentecostés. Siempre reunida en el Cenáculo para orar, está, al mismo tiempo, bajo el viento impetuoso del Espíritu, siempre en camino para anunciar. La Iglesia se mantiene perennemente joven y viva, una, santa, católica y apostólica, porque el Espíritu desciende continuamente sobre ella para recordarle todo lo que su Señor le dijo (Jn 14, 25), y para guiarla a la verdad plena (Jn 16, 13)».

«La Iglesia… instruida por la palabra de Cristo, partiendo de la experiencia de Pentecostés y de su historia apostólica, proclama desde el principio su fe en el Espíritu Santo como Aquel que es dador de vida. Aquel en el que el inescrutable Dios uno y trino se comunica a los hombres, constituyendo en ellos la fuente de vida eterna».

«En el encuentro entre el Espíritu Santo y el espíritu del hombre se halla el corazón mismo de la experiencia que vivieron los Apóstoles en Pentecostés. Esa experiencia extraordinaria está presente en la Iglesia, nacida de ese acontecimiento, y la acompaña a lo largo de los siglos».

«Resuenan en nuestro corazón las palabras del evangelista san Lucas: “En cuanto oyó Isabel el saludo de María, (…) quedó llena del Espíritu Santo” (Lc 1, 41). El encuentro entre la Virgen y su prima Isabel es una especie de “pequeño Pentecostés”».

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Preguntas para profundizar acerca de Pentecostés
¿Qué significa la fiesta de Pentecostés?

Pentecostés es fiesta pascual y fiesta del Espíritu Santo. La Iglesia sabe que nace en la Resurrección de Cristo, pero se confirma con la venida del Espíritu Santo. Es hasta entonces, que los Apóstoles acaban de comprender para qué fueron convocados por Jesús; para qué fueron preparados durante esos tres años de convivencia íntima con Él.

La Fiesta de Pentecostés es como el “aniversario” de la Iglesia. El Espíritu Santo desciende sobre aquella comunidad naciente y temerosa, infundiendo sobre ella sus siete dones, dándoles el valor necesario para anunciar la Buena Nueva de Jesús; para preservarlos en la verdad, como Jesús lo había prometido (Jn 14.15); para disponerlos a ser sus testigos; para ir, bautizar y enseñar a todas las naciones.

¿Cuál es el significado de la fiesta de Pentecostés en el Nuevo Testamento?

En el N.T. Pentecostés es como un nuevo Sinaí, la fiesta de la Nueva Alianza que se extiende a todos los pueblos de la Tierra. El Pueblo de Dios se amplía en Pentecostés hasta superar todas las fronteras de raza, cultura, espacio y tiempo.

¿Hay alguna relación entre lo que sucedió en la torre de Babel y lo que sucede en Pentecostés?

Sí. En la Torre de Babel los hombres querían construir con sus manos un camino hacia el cielo, pero fueron incapaces de comprenderse recíprocamente. En Pentecostés, el Espíritu con el don de las lenguas muestra que su presencia une y transforma la confusión en comunión. El orgullo y el egoísmo crea divisiones y muros de indiferencia. El Espíritu Santo, por el contrario, capacita a los corazones para comprender las lenguas de todos y reconstruye los puentes entre la tierra y el cielo.

¿De qué forma se presentó el Espíritu Santo en Pentecostés, qué pasó en el interior de los apóstoles al recibirlo y a qué nos llama hoy este acontecimiento?

En Pentecostés los discípulos recibieron en forma de lenguas de fuego este Don e inmediatamente, inflamados por el ardor apostólico, se pusieron a predicar con libertad, con ardor y coraje, la Buena Nueva que había de encender el mundo entero. ¡A nosotros nos toca hoy implorar y acoger ese Don divino! ¡A nosotros nos toca hoy dejarnos inflamar con ese Amor que es derramado cada día en nuestros corazones por el Espíritu Santo (ver Rom 5,5), para que ardiendo de celo por el Evangelio nos dispongamos a transformar los corazones humanos con sólo tocarlos con esas como “llamas en forma de lenguas de fuego”!

¿La iglesia comienza su misión evangelizadora?

En Pentecostés, comienza la misión evangelizadora ya que ahí desciende el Espíritu Santo en sus corazones lo que los lleva a evangelizar por todo el mundo la palabra y amor de Dios por los hombres.

¿Qué color litúrgico se utiliza en Pentecostés?

En esta fiesta se utiliza el color rojo, ya que simboliza el fuego del Espíritu Santo.

¿Para qué en Pentecostés los apóstoles se pusieron a hablar distintos idiomas?

Para que todo el mundo conozca y entienda la verdad anunciada por Cristo en su evangelio.

¿Cómo se originó?

Pentecostés era una fiesta judía agrícola. Allí se celebraba la recogida de la cosecha luego de siete semanas. Cuando el Espíritu Santo se presentó ante los Apóstoles, justo era día de Pentecostés y es justamente a raíz de ese hecho que Pentecostés deja de ser una fiesta solo judía, para ser una fiesta de todos los cristianos.

¿Por qué lo celebramos?

Porque marca el fin de un período en el año litúrgico. Período Pascual que empieza con el Domingo de Resurrección y acaba con el Domingo de Pentecostés, las siete semanas, tal cual eran las semanas agrícolas judías.

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