SABÍAS QUÉ…? LAS MOSCAS MANTIENEN EL EQUILIBRIO ECOLÓGICO DE LA TIERRA

AMBIENTAL, SABÍAS QUE...?

Cuando se habla de moscas se tiene la idea de que son sucias, molestas y transmiten enfermedades, no obstante, se trata de especies dedicadas a reciclar la materia orgánica en descomposición (frutas, verduras y cadáveres), capaces de mantener el equilibrio ecológico del planeta.

Sin ellas habría un caos porque se acumularía el material en descomposición en cantidades inimaginables y el proceso sería mucho más tardado, señaló Patricia Ramos Morales, líder del Laboratorio de Genética y Toxicología Ambiental y del Banco de Moscas de la Facultad de Ciencias de la UNAM.

Algunas moscas comen frutas y verduras en descomposición, otras se encargan de los cadáveres y muy pocas comen seres vivos. Cada una tiene una función y no compiten entre ellas mismas. Las moscas que comen material vegetal existen desde hace 150 millones de años, y se han identificado más de 27 mil especies del género Drosophila.

Son organismos sofisticados y novedosos. “Han transformado sus alas para que el segundo par se convierta en su órgano de equilibrio y tengan una gran capacidad para moverse en el medio ambiente”, refirió la investigadora.

Además, tienen una visión privilegiada que les permite enfocar claramente el ambiente a su alrededor. Detectan a distancias considerables alimentos maduros e incluso animales muertos. Su función es regresar esta energía al ambiente para que se recicle y ocupe otras formas de vida, añadió la experta en el tema.

Y con el cambio climático, esta especie también resulta afectada. Por ejemplo, con temperaturas muy elevadas se reduce su fertilidad y provoca una modificación en la distribución geográfica de las especies. Al estudiarlas, los científicos evalúan cómo cambia el medio ambiente con respecto a los seres vivos.

De acuerdo con Ramos Morales, a través de las mosquitas puede saberse si un sitio está contaminado. Por ejemplo, en una imprenta, donde se ocupan pinturas y solventes, la oficina podría contaminarse por estos vapores.

Para saber si el sitio se infectó, se ubican mosquitas en distintos sitios. Su observación posterior y la de su descendencia indicarán si existen factores de riesgo en los sitios evaluados. Esto es, al observar cuántas son estériles, cuántos hijos tienen y cómo se desarrollan, indica si el sitio se contaminó.

En ocasiones, la exposición a contaminantes altera el ciclo de desarrollo de la mosca, lo que podría derivar en problemas de fertilidad y fecundidad para los individuos expuestos, o bien, para las siguientes generaciones.

Además, las moscas fueron los primeros organismos en los que se estableció —en condiciones de laboratorio— el riesgo que implica la exposición a radiaciones y los cambios que causan en el material genético. La gran cantidad de estudios realizados han situado a la mosca como un dosímetro biológico para la radiación.

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