SE COMENTA SOLO CON…/ ESTUDIANTES NARCOS #MartesDeColumnas @cramospadilla
CARLOS RAMOS PADILLA
Los raspones entre los gobiernos de México y Estados Unidos por los conflictos migratorios y del narcotráfico se incrementan. Trump, distinguido por sus arranques cargados de calificativos expreso: “Nos cuesta 60 mil dólares enterrar a un maldito mexicano”. Por su parte The New York Times, difundió que el intento por fortalecer la producción de fentanilo por parte de los cárteles mexicanos los está motivando a incorporar a estudiantes de química de diversas universidades para la fabricación de drogas. Los jóvenes pasan previamente por una investigación de carácter personal y la de sus círculos más cercanos. Los reclutadores se filtran entra los estudiantes algunas veces como compañeros de pupitre, otras como conserjes para seducir a sus “presas”. Así el nuevo talento joven se incrusta engañados de participar en proyectos empresariales con atractivas remuneraciones mensuales. Poco a poco se convierten en “cocineros” dentro de los laboratorios clandestinos para la elaboración del fentanilo, son empleados confiables, capaces y con amplios conocimientos en el manejo de precursores. Estos jóvenes en muchas ocasiones abandonan sus quehaceres académicos ya que los apoyos de asistencia social por parte del gobierno, así como los fajos recibidos por los cárteles les permiten ganar sumas extraordinarias para su corta edad. Estos muchachos pierden el interés por continuar sus estudios y manifestarse ante las autoridades como víctimas del sistema para ser considerados en las aportaciones del “bienestar”. Los capos presentan un objetivo más ambicioso: sintetizar los compuestos químicos conocidos como precursores, esenciales para fabricar fentanilo, lo que los liberaría de tener que importar productos de China. Esto permitieron una inusual autonomía de los cárteles mexicanos sin depender de los suministros asiáticos. Todo esto hace suponer que las redacciones de periódicos estadounidenses poseen más y mejor información que las autoridades mexicanas o lo que resultaría peor, que el gobierno nacional con pleno conocimiento de estos ilícitos los tolera y/o protege. El Cartel de Sinaloa se proyecta como el más activo en estos menesteres innovadores y peligrosos. Además, señalan que Omar García Harfuch está amenizado por haber entregado información a las autoridades estadounidenses acerca de la localización de laboratorios clandestinos del Cartel Jalisco Nueva Generaciones en beneficio del grupo sinaloense. De acuerdo con investigaciones por agencias de inteligencia norteamericanas, el Cártel de Sinaloa está reclutando a profesores de química para desarrollar precursores químicos del fentanilo. Así que a menores de edad los capos los adiestran en el manejo de armas mientras les pagan por ser soplones y vigilantes en espacios específicos y a los estudiantes y profesores los captan para ser los nuevos “cocineros” del fentanilo, los demás se encargan de la extorsión, secuestros y distribución de las drogas.
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