SEXTANTE: ¿CUÁL ES LA VARA? / FEDERICO REYES HEROLES, #Domingueando EN @Excelsior
¿Cómo valorar una tragedia? La pérdida de vidas humanas es referente obligado. Los daños materiales éticamente irán siempre después, pero son graves. Las consecuencias en salud, empleo y en los ingresos son inevitables. La moral se quiebra. Nos fue bien, ¿de verdad, Presidente?
El suelo de Acapulco registró su ausencia pública de dos semanas. ¿Por qué? Visitas furtivas y escenas de engaño, tratan de suplir el hecho. No se engañe ni trate de engañarnos. Usted, por enésima ocasión anduvo supervisando el aeropuerto de Tulum o el Tren Maya. ¿De verdad piensa que esos proyectos preocupan a la ciudadanía? Para colmo ni con tanta supervisión se pudieron frenar los sobrecostos. Entonces, quizá valdría más una media hora frente al escritorio a ver números. Como los sobrecostos de la refinería que ya se multiplicaron por tres. Hasta el lunes 6, en el presupuesto de 2024 no había una partida de apoyo especial para una población de Acapulco. Según cifras oficiales hay 273 mil viviendas afectadas. Aritmética: el promedio de miembros de un hogar en México es de 3.6, o sea, casi un millón de afectados.
Pero el discurso oficial es que no nos fue “tan mal” porque hasta ahora hay menos de 60 muertos. O sea, ¿esa es la vara? Pues es la peor que hubieran podido escoger. Supongamos 60 muertos en Acapulco, más los 138 de la explosión de Tlahuelilpan en enero de 2019, más los 26 del desplome de la línea 12, más los 10 trabajadores de la mina de Coahuila en el 2022, sucesos de los cuales usted no es responsable directo, menos de 190. Suertudos, se podría alegar que en las tragedias no le ha ido mal. El sismo de septiembre de 2017 dejó 369 fallecidos. Pero Acapulco es diferente, aquellas fueron tragedias. Aquí hubo advertencias claras. Algo se pudo haber hecho, diez o veinte muertos menos, quizá los pescadores que salieron sin que la Capitanía del Puerto avisara e impidiera su salida. Pero qué decir de los casi 155 mil asesinatos cometidos durante la gestión, y quedan 11 meses, más los 40 mil desaparecidos, que no se nos olviden. O las alrededor de 750 mil muertes “en exceso” por el mal manejo de covid. Si los muertos son la vara, pues van en casi un millón… y sumando.
Con eso de que los ceros de plano no se les da, revisemos. De los 60 mil millones de pesos que dicen se canalizarán en ayuda, un alto porcentaje –80%– es posposición de cobros que, de todas formas, no podrían hacer: electricidad e impuestos. Son aire. Otro engaño, como la escenografía del vehículo militar en medio del lodo. Entonces, sobre los fideicomisos del Poder Judicial de la Federación. Pero la Ley de Instituciones de Crédito es muy clara: ésos no son del Ejecutivo. Ahí se establece que cada fideicomiso regresa a su poder. La mayoría son producto de ahorros de los trabajadores. Cancelar los del Poder Ejecutivo, que suman casi 600 mil mdp. El buen juez por su casa comienza, no por los ahorros ajenos… de los jueces y trabajadores del vecino. Lo de los ceros preocupa. Suena mucho 15 mil mdp, menos de mil millones de dólares. Para ponerlo en perspectiva, los sobrecostos de Dos Bocas van en 12 mil, 12 mil millones de dólares o sea… más de 200 mil… de pesos, o sea más de 10 veces más.
Es una cuestión de prioridades y son muy claras. Primero, debilitar a los contrapesos: INE, Inai, Judicial Federal, después la vida y salud de los mexicanos. Los problemas de salud de Acapulco son de pronóstico, ya podrían estar trabajando en ello. Sobre todo en los niños y los adultos mayores. Unicef calcula 300 mil niños afectados. Pero no, primero los fierros sin uso, algo abstracto como la “soberanía energética”, pero importando gasolinas. Hay otras prioridades muy claras: otra visita en helicóptero al Tren Maya y la pintura del aeropuerto de Tulum, sin un solo vuelo. Ésas son.
La vara de la gestión no son los muertos ni los heridos en el alma ni los enfermos ni el futuro de las familias.
La vara es una: el poder.