SHEINBAUM EN CAMPAÑA DESDE MARZO DEL 2022 @MARTHAGTZ #MartesDeColumnas en @elheraldo_mx
De una manera muy forzada Andrés Manuel López Obrador piensa que los ciudadanos deben asumir su liderazgo a ojos cerrados, y no opinar, juzgar o exigir
Hay quienes todavía siguen creyendo en el Atari, las películas en VHS o Betamax, los cassettes con lado A y B, y el presidencialismo setentero, que indudablemente en su momento tuvieron éxito y fueron útiles y eficaces. Sin embargo, la realidad ha demostrado que irremediablemente los tiempos pasan, las sociedades evolucionan y todos necesitamos reconocer que hay nuevos productos e instrumentos que son más adecuados y que además casi por unanimidad son utilizados por la población. Aunque haya quienes se resisten al cambio…
Uno de esos casos es el Presidente López Obrador que insiste en someter a medios de comunicación, políticos, oposición, intelectuales y hasta instituciones (sobre todo los órganos autónomos), que en los hechos nos arrojan una carga indubitable sobre la eficacia o ineficacia de sus actitudes.
La economía no avanza, la inseguridad incontrolable, los problemas de confrontación social no cesan, el reconocimiento de distintas opiniones no son aceptadas, y el México blanco o negro es la discusión actual.
De una manera muy forzada Andrés Manuel López Obrador piensa que los ciudadanos deben asumir su liderazgo a ojos cerrados, y no opinar, juzgar o exigir. Mientras tanto estos se organizan y le demuestran que el México de los danzones, el balero y las corcholatas son de un momento que ya fue.
Esto es relevante porque en los próximos meses observaremos la versión más avanzada del Andrés setentero y lo que la clase media le responderá, sobre todo a partir de lo que ocurra con la revocación de mandato, el próximo 27 de marzo de 2022. Desde hoy necesitamos discutir y analizar la situación, porque todos los actos que viene realizando López Obrador tienen esa fecha como definitoria que impacta de manera directa a Claudia Sheinbaum.
La elección del 2021 en zona urbanas e hyperurbanas de la Ciudad de México , Monterrey, Guadalajara, Mérida y el Bajío demostraron que no hay aparato o fuerza que compre a la clase media y por ende la elección que realizó Andrés Manuel López Obrador sobre Claudia Sheinbaum no es un tema dado. La clase media votó y lo hizo contra la 4T y Claudia Sheinbaum, aunque ambos lo nieguen, aduciendo números de encuestas personales.
Detrás de esta opinión, está una más profunda que tiene que ver con el instrumento que ha cambiado la realidad, y que a pesar del control que pretende ejercer López Obrador con todo el poder que tiene, simplemente no logra su cometido. Ese instrumento es imparable y se llama tecnología. Esta ha logrado algo que ni los partidos políticos ni el sistema electoral habían logrado y ha arrasado, donde llega, con toda estrategia electorera. Tal como lo hizo Netflix o Disney, que literalmente brincaron lo que Televisa y TVAzteca habían hecho con el mercado mexicano, la tecnología en política lo hizo también. Esquivó una serie de estructuras, candados y un campo de juego que nadie había logrado antes.
Justo por ello, el Presidente combatiendo ese esquema es que organiza el debate por la reforma eléctrica y sobre todo la revocación de mandato que se celebrará el 27 de marzo del 2022.
En un intento por forzar la maquinaria pide a Morena más de 20 millones de votos a nivel nacional y sólo en la Ciudad de México pide entre 2.5 y 3 millones de votos, lo que no solo es inverosímil, sino irrealizable. No únicamente por la desorganización de Morena sino porque simplemente la clase media no apoya más a Claudia Sheinbaum, Andrés Manuel o quien sea de la 4T.
A la tecnología se le suma la realidad política: Monreal no cede e irá hasta el último momento para que le negocien a su favor la Ciudad de México. Ya coloca a su alumno Néstor Nuñez como Secretario General de Morena, y se empiezan a organizar. Por otra parte Martí Batres negocia para intentar apropiarse de las estructuras electorales a través de la Secretaría de Gobierno para impulsarse a la Jefatura de Gobierno y de manera paralela a Clara Brugada, por su parte Marcelo Ebrard -dejando a un lado a Mario Delgado- avanza con Rosa Icela Rodríguez.
El problema es que todos juntos ya van retrasados y atrasados. Además tienen a la caja de resonancia del país que es la CDMX en contra y los números dicen que la revocación de mandato será una en la que voten 1.5 millones de ciudadanos apoyando a AMLO, lo que será un gran fracaso. Porque quedarán muy lejos de aquellos números que inspiran y logran ganar elecciones y por el contrario fortalecerán a la oposición.
Precisamente por ello, es muy probable que después de esa fecha Claudia Sheinbaum tenga que pedir licencia para salir a recorrer el país en una dinámica muy obradorista (y priísta de los setentas). A cargo de la Ciudad se quedaría Martí Batres a quién la clase media detesta lamiéndose los bigotes.
Un escenario sumamente complejo para alguien que pensaba controlar todo al estilo de los setentas.
En verdad, estamos en otros tiempos.
Y no es pregunta.
Por: Martha Gutiérrez