SI AMLO FUERA DEMÓCRATA ENTENDERÍA A LA SOCIEDAD @MARTHAGTZ #MartesDeColumnas en @elheraldo_mx

COLUMNA, NACIONAL, POLÍTICA

La falta de interacción evidencia la falta de un diálogo

El Informe Latinobarómetro 2023, dado a conocer con el título “La recesión democrática de América Latina”, alerta que la democracia en el subcontinente presenta un deterioro continuo y sistemático, al grado de qué hay naciones donde el autoritarismo esta de vuelta, atropellando derechos y libertades. Según Daniel Zovatto la democracia esta amenazada y es necesario repensarla. El reciente asalto de partidarios de Jair Bolsonaro a Brasilia el domingo pasado, recordó lo sucedido en los Estados Unidos hace dos años y las cifras de diversos estudios de opinión que muestran una caída en la valoración ciudadana de la democracia y “hay que avanzar hacia una democracia de nueva generación y hay que hacerlo con urgencia”.

En México Andrés Manuel López Obrador piensa que por pararse todas las mañanas a hablar durante horas en un templete ya hay democracia, y que el encabeza ese ejercicio. Sin embargo, la gente lo escucha pero nunca interactúa con él.

La pírrica democracia que los mexicanos tenemos, solo considera que los ciudadanos acudan una vez cada tres años a cruzar en una boleta un logo que no les dice nada, con nombres de personajes que todavía menos les significa algo, ya que el Sistema Partidista como se construyó no consideraba a la ciudadanía como parte del ejercicio democrático. La realidad es que la democracia se ha elaborado únicamente para las elites del poder, por eso al ciudadano no le significa nada más allá de un simple discurso. Las cifras de las estadísticas que se elaboran a partir de supuestos demuestran que para el ciudadano la democracia no significa nada, y que lo que verdaderamente le interesa de los gobiernos es que resuelvan sus problemáticas.

Si realmente López Obrador, los dirigentes de los partidos políticos y los propios políticos fueran demócratas, estarían más preocupados por entender a la sociedad, sin embargo no es así, no la consideran y no la toman en cuenta, particularmente Andrés Manuel quien parte de la premisa de que “el pueblo soy yo”. Exactamente lo que era el viejo PRI. El régimen de la Revolución que representaba a el pueblo. La representación de las clases medias se las dejo a el PAN, y se siguió atendiendo a los pobres hasta que se le acabó el recurso. Esto mismo está haciendo Morena, evidenciando que sin dinero no funciona, ni como movimiento y mucho menos como partido.

Lamentable todos los demás partidos se encuentran en las mismas circunstancias, me explico:

Los modelos partidistas del siglo XX en el mundo por diversas razones son anacrónicos y están haciendo agua. En México, por el hecho de que el PRI fue el eje rector de la política del siglo pasado dejó de cumplir la función para la cual fue creado y convocado. En el caso de Morena si no fuera porque regala dinero, hoy sería un rotundo fracaso, sobrevive apostando a la coyuntura, porque para repartir dinero no requiere de una organización, y el recurso lo entregan directo de la Tesoreria de la Federación a través de las tarjetas del Banco del Bienestar.

Es decir, Andrés Manuel López Obrador en su personal enfoque pragmático hace absolutamente innecesario e inviable a su movimiento, porque todo lo centraliza en él, no ha construido estructuras de distribución de beneficios para desde ahí organizar a la sociedad. De esta manera el bueno es él, pero también, el equivocado únicamente es él. Veamos las campañas de sus corcholatas, si no es con movilización gubernamental nadie les hace caso, incluso para algunos, los menos conocidos, si ho traen a un grupo movilizado para que vaya por ellos a los aeropuertos, pues sencillamente ni los reconocen.

El cambio a la era digital ha provocado el empoderamiento de los ciudadanos, que hoy demandan ser tomados en cuenta. Si somos aproximadamente 130 millones de habitantes en nuestro país, y 100 millones de electores para el 2024, nos damos cuenta que la riqueza de la sociedad es enorme. Sin embargo ningún partido político al día de hoy tiene un ejercicio sistemático para entenderla, ninguno se ha percatado de que cada uno de los ciudadanos somos diferentes. ¡Imagínense el nivel de ignorancia! Piensan que todos somos iguales, entonces emiten un solo mensaje para todos. Creen que la sociedad en su conjunto es como ellos, políticamente se comportan como “soldaditos”. Son incapaces de cuestionar al señor Presidente o a el Gobernador, llámese éste como se llame.

Esta riqueza no reconocida ni estudiada, se hace más evidente en la megalópolis del país. Porque ahí se concentra la mayor densidad educativa, ocupacional, económica, financiera y la mayor pluralidad social. Obviamente, en este territorio no vamos a encontrar personas iguales, sin embargo nuestra clase política piensa que sí. Tan es así, que pusieron a controlar al PRI de la CDMX a los grupos de la basura. Por supuesto que las clases medias, los intelectuales, los académicos, los críticos los profesionistas y los jóvenes avergonzados se han convertido en priístas de closet.

Así nos podemos dar cuenta como en la metrópoli, la zona de mayor densidad de talento de nuestro país, los partidos políticos están totalmente difuminados, a consecuencia de la ignorancia política. Basta observar el nivel de Jefes de Gobierno, Autoridades Delegacionales, Alcaldes y Autoridades Políticas en los municipios conurbados. Si existe alguna responsabilidad, es de los dirigentes de los partidos. Han desaprovechado la posibilidad de convocar al talento de los ciudadanos de esta región para construir junto con ellos el discurso.

Entonces, vemos que lo que se haga tiene que estar guiado por la necesidad de innovar para incorporar los elementos del mundo del hoy. Y también de competitividad, porque no sólo es un asunto de dinero. Tenemos una ciudadanía madura, empoderada, critica, pero sin cauces. Porque de entrada no la conocemos. Andrés Manuel López Obrador piensa que la mayoría de los ciudadanos mexicanos se encuentran en condiciones de pobreza extrema, sin embargo en contrapunto podríamos decir que Mexico es un país de clases medias. La verdad es que un estudio sistemático y a profundidad sobre ello no existe, y los partidos políticos que deberían tenerlo, no lo tienen. Por lo tanto el sistema partidista no tiene la capacidad para identificar las causas personalizadas de cada elector.

Cuando este entendimiento existe lo que sigue es desarrollar la estrategia, no es lo mismo pensar que tienes una población homogenea a la cual le vas a uniformar la publicidad, que pensar que cuentas con una población profundamente heterogénea, empoderada, crítica y con capacidad para una Gobernanza participativa. De esta manera es como la estrategia debe responder al diagnóstico y al diseño.

Si en verdad se quiere cambiar el destino, no se puede hacer de otra manera que no sea considerando a los ciudadanos. Porque como ya lo he comentado anteriormente el modelo partidista que tenemos, esta agotado. Por eso es vital organizar las causas de los ciudadanos, independientemente de los colores. Ya no es un tema de dogmas o de fe. Todos, absolutamente todos los ciudadanos demandan mejorar sus ingresos y su calidad de vida.

La violencia de genero, o los problemas de seguridad, o de salud no tienen nada que ver con los colores de los partidos. Lo que nos hace homogéneos es que todos somos ciudadanos, y heterogéneos porque cada uno pensamos de manera distinta. En eso se centra la riqueza.

La gran oportunidad que hoy se tiene, es poder organizar a los ciudadanos por causas, sus causas, y construir nuevos liderazgos. Pero tampoco se trata de tomar los liderazgos empresariales y convertirlos en liderazgos políticos. ¡Así no es! A quien se le ocurrió la idea de que un empresario puede ser político, cuando sus vocaciones son totalmente diferentes. El empresario está estructurado mentalmente para encontrar modalidades para ganar dinero. Por eso cuando un empresario llega a la política lo hace con esa visión. Lo que en realidad necesitamos son liderazgos intelectuales, académicos, sociales y de causas, sin embargo no saben dónde están, ni quienes son, mucho menos como convocarlos. Porque ni siquiera conocen las causas que los pueden motivar para preparar y formar ciudadanos en candidatos.

Los denominados liderazgos de la sociedad civil tampoco están entendiendo el cambio, porque nadie se está ocupando de formar, todo es improvisación, reacción y simulación, y Andrés Manuel López Obrador lo sabe, por eso se burla de todos.

De ciudadanos a candidatos es un proceso en el qué hay que incidir para lograr identificar, formar y construir los nuevos liderazgos. Así como Xóchitl Gálvez se hizo sola surgiendo de abajo para arriba llegando a la CDMX para estudiar una carrera, hay millones de jóvenes mujeres y hombres en nuestro país que están esperando que alguien les tienda la mano. Millones de talentos que no están esperando que les regalen dinero, ni que los conviertan en cargadores en los micro negocios para quedarse con el monto del subsidio. Son jóvenes que lo que esperan son modelos verdaderos de desarrollo de talento. Porque en una sociedad donde los individuos están empoderados, repartir dinero no es suficiente.

En el contexto de una compleja elección como se vislumbra será la del próximo año, con tantos procesos simultáneos donde unas elecciones arrastrarán a las otras, un Frente como el que se ha planteado tiene que tener una visión integral. Esto quiere decir, que es imprescindible amarrar arriba y amarrar abajo para con esto, lograr la competitividad electoral.

Porque está muy bien que tengan un candidato o candidata a la Presidencia de la República con una visión moderna, etc., etc. Sin embargo no deben olvidar la responsabilidad que tienen también en la designación de los candidatos a Alcaldes, Diputados Locales, Diputados Federales, Senadores y Gobernadores. Revisar las consecuencias de dejar en manos de Morena los gobiernos de Guerrero, Colima, Morelos, Veracruz, Chiapas, Tabasco etc., que han sido un rotundo fracaso, debe ser su compromiso. Porque en el momento en que este castillo de naipes que representa Morena y la 4T se empiece a desbaratar todos se van a caer. Porque absolutamente todos, son un puñado de ineptos que llegaron al poder por la decisión de López Obrador, y hoy para sobrevivir requieren de su protección.

Se deben articular las campañas para que sean efectivamente concurrentes en el mensaje, en la comunicación, en el operativo de campo, y en la vinculación con la sociedad. Para aprovechar todas las capacidades del ejercicio del poder y de los programas. Únicamente ser concurrentes en materia de ir a territorio a tocar puertas no es insuficiente. La visión integral del ejercicio del poder y de la manera en como deben compartirse las responsabilidades en los órdenes municipal, estatal y federal resulta fundamental.

Se debe ordenar a través de campañas por causas, porque ahí esta el interés del individuo, y afiliar a todos los que tengan la misma causa, articularlos en redes, utilizar la fuerza de las nuevas tecnologías participativas para que se complementen, e ir más allá de un voto por una movilización democrática. Es decir, que la elección debe ser una invitación a una fiesta democrática, participativa, movilizadora y en la calle. Donde los ciudadanos no sólo se expresen cruzando una boleta, sino que lo hagan desplazándose por el espacio público para hacer sentir la fuerza de sus demandas. Así es como deberán ser las campañas del 2024. Para que de esta manera, el ciudadano organizado dé un verdadero testimonio de su voluntad, su dimensión y su capacidad de decisión.

Habra que ver qué partidos pueden lograr hacer esto y que candidatos podrían conducirlo. Aderezado, articulado y conectado por la comunicación digital interactiva del mundo de hoy, donde la gente se conecta y comparte posiciones en tiempo real. En resumen el mundo del siglo XXI.

¿Los políticos están listos para esto?
¿Cuantos candidatos tienen la capacidad de entendimiento y liderazgo para conducir verdaderamente a una sociedad democrática?

Si los políticos logran entender esto, logran asumir las causas, y logran comunicarse con la sociedad, entonces la invitación a los ciudadanos es para que voten por aquellos que verdaderamente los representen.

Si consiguen que el ciudadano vote por sus propias causas, significará que lograron ir más allá de las marcas, la publicidad, los discursos vacíos, las arengas, gorras, camisetas y la compra del voto.

Los ciudadanos debemos votar por quien nos representen y nos permitan acompañarlos a resolver nuestras necesidades. De ninguna manera se debe entregar un cheque en blanco, porque una elección no es un asunto de cada tres años, es un tema de todos los días.

Porque la política no es sólo un asunto de confianza. La política es mucho más que eso, es un asunto de participación y compromiso.

Y no es pregunta.