TODOS SOMOS MÉXICO / CNTE: DE MAESTROS A VÁNDALOS #MartesDeColumnas @mfarahg EN @heraldodemexico
Dijeron también que irán a donde vaya la presidenta Claudia Sheinbaum para exigirle una respuesta a su demanda de abrogación de la Ley del ISSSTE.
Los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) afirmaron, al levantar el plantón de 23 días en el Zócalo, que su protesta no termina, que mantienen sus exigencias y que se retiran para reorganizarse.
Dijeron también que irán a donde vaya la presidenta Claudia Sheinbaum para exigirle una respuesta a su demanda de abrogación de la Ley del ISSSTE. El amago corresponde a su talante, no a la apertura al diálogo ni al ánimo de llegar a acuerdos que ha sostenido la presidenta. Cada quien es responsable de sus actos y ellos lo son de sus acciones violentas, del daño social y económico que han causado y del abandono de sus alumnos, a los que dejaron sin clase durante tres semanas.
En ese lapso, bloquearon puntos críticos de circulación de la capital del país, sobre todo en Reforma, desde el Circuito Interior hasta avenida Juárez. Llevaron también el caos al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el INE, la SEP, Gobernación, Hacienda, casetas de peaje o instituciones financieras de pensiones, al tiempo que suspendieron rutas de trolebús y Metrobús.
Pronto su demanda de diálogo con la presidenta de la República encontró apertura: la reunión se llevaría a cabo el viernes 23. Pero, traicionando el acuerdo, en la madrugada del 21 de mayo los maestros quitaron las vallas de seguridad del Palacio Nacional y bloquearon todos los accesos para boicotear la conferencia de prensa presidencial. Prudentemente, la conferencia se realizó a distancia.
La mandataria decidió entonces, con acierto, no reunirse con ellos. Así no, y menos después de un acuerdo de diálogo directo.
La negociación con presión es una de las especialidades de la CNTE. Cada vez que tuvieron una reunión en Gobernación, coaccionaron con diversos bloqueos, lo que incluyó poner candados a las rejas de entrada para intimidar a los representantes gubernamentales y a los trabajadores de la Secretaría: mientras dialogamos, los tenemos encerrados. No es la actitud de quien busca acuerdos, sino de quien quiere imponerlos.
El jueves 5 de junio, maestros guerrerenses, algunos encapuchados y con mazos y palos, fueron a las instalaciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y entraron por la fuerza. Además de hacer pintas y destrozos, irresponsablemente prendieron fuego al mobiliario, al fin ellos no apagan lo que encienden como no pagan lo que dañan.
La Secretaría de Gobernación llamó a tales hechos “actos vandálicos”, en tanto que sus perpetradores los calificaron de “apenas una escaramuza”. En su último día en la CDMX rompieron los cristales y las puertas de la Secretaría del Bienestar con palos, barras de metal y extintores y luego vandalizaron el mobiliario de la recepción ante el terror de las trabajadoras que se encontraban en el lugar.
Esa es la CNTE, la que predomina en las entidades más pobres, contribuyendo con su ausentismo y belicosidad a perpetuar la pobreza en lugar de impulsar la movilidad social, a veces con la complicidad de gobernadores, con escasas excepciones, como el caso del mandatario de Chiapas, Eduardo Ramírez, empeñado en mejorar los servicios educativos en su estado.
Todos los días las autoridades de la capital nos decían: “Tomen precauciones: anticipen sus traslados y en lo posible eviten circular por la zona”.
¿Y los alumnos de estos maestros, qué deben hacer? ¿Tomar sus precauciones ante el eventual retorno al aula de estos personajes que bloquean, destruyen, incendian y afectan a millones de personas con violencia? ¿Deberán niñas y niños evitar circular por sus escuelas, donde los incendiarios y agresores regresarán a su trabajo, se pararán al frente del salón y les darán clases, incluso de civismo?
POR MAURICIO FARAH
@MFARAHG
(*) Especialista en derechos humanos