VATICANINSIDER/ ARGENTINA: DE OBISPO “ENFERMO” A ASESOR DEL VATICANO @sacroprofano #MartesDeColumnas
ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ
CIUDAD DEL VATICANO.- En agosto pasado renunció a su diócesis en misteriosas circunstancias. Ahora, poco más de cuatro meses después, el Papa lo designó como asesor de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA). Se trata de Gustavo Zanchetta, obispo emérito de Orán, localidad de la norteña provincia argentina de Salta. Al momento de su renuncia, en pleno verano romano, él mismo habló de “un problema de salud” que le era imposible tratar en aquellos lugares. Lo hizo en una carta distribuida en las redes sociales. Pero pocas semanas después reapareció en una ceremonia académica en España, sin dolencias aparentes.
El caso resulta extraño. Ordenado sacerdote por la diócesis de Quilmes en 1991, fue uno de los primeros nombramientos episcopales del nuevo Papa en 2013. El 23 de julio de ese año Francisco lo designó como pastor de Orán, una pequeña diócesis del norte argentino atravesada por la constante amenaza narco y otros desafíos, la pobreza sobre todos. Fue ordenado obispo el 19 de agosto siguiente.
Permaneció en el puesto apenas cuatro años. A fines de julio último, el día 29, se alejó de su diócesis sin siquiera despedirse de los feligreses ni de sus sacerdotes. Por esas horas, en una carta, sostuvo padecer desde hace tiempo “un problema de salud” que no le permitía “llevar plenamente el ministerio pastoral” confiado, “teniendo en cuenta la vasta extensión de nuestro territorio diocesano, y los enormes desafíos que tenemos como Iglesia en el norte de la patria”.
“Por eso he puesto en manos del Santo Padre esta decisión, que creo es la mejor, sobre todo pensando en ustedes, antes que en mí mismo, y porque la recuperación que debo encarar no puedo hacerla aquí”, precisó. Y añadió: “Dado que debo partir lo antes posible para iniciar el tratamiento, me despido con esta carta, aunque quisiera poder estrechar las manos de todos, especialmente de los más pobres, débiles y sufrientes”.
Poco después de transmitida la misiva e incluso antes del anuncio vaticano a la aceptación de su renuncia Gabriel Acevedo, vicario general de la diócesis, comunicó oficialmente por escrito a la Conferencia Episcopal Argentina (CEA): “El señor obispo Gustavo dejó la diócesis en horas de la mañana con destino a la Arquidiócesis de Corrientes, donde será recibido como huésped por el señor arzobispo monseñor Andrés Stanovnik”.
Se confirmaba así que Zanchetta ya no estaba en Salta, sino que había decidido asilarse a casi 900 kilómetros de distancia para esperar la aceptación de la renuncia por parte del Santo Padre, que finalmente se efectuó el martes 1 de agosto, según divulgó tanto la Sala de Prensa del Vaticano como la nunciatura apostólica en Buenos Aires.
En su reemplazo, Francisco nombró como administrador apostólico sede vacante al arzobispo de Corrientes Stanovnik, sacerdote capuchino al igual que Zanchetta. Al momento de su renuncia, para la cual no existe una versión oficial, tenía 53 años y le quedaban 22 años de pastor antes de estar obligado a presentar su renuncia por edad, al cumplir los 75.
Tras su salida de escena las especulaciones sobre el particular se multiplicaron. Algunos medios de prensa hablaron de “desmanejos financieros”, “presión narco” y “crisis depresiva” como los motivos que precipitaron su salida. Pero las confirmaciones oficiales escasean.
Más allá de las versiones, su salida dejó tras de sí un innegable problema al interior de la diócesis. Como constató el administrador apostólico Andrés Stanovnik durante su primer encuentro con el clero de Orán, en el cual llamó a los sacerdotes a “evitar la disgregación con lecturas e interpretaciones del pasado”.
Dos meses y medio después de su imprevista renuncia, Zanchetta reapareció en Madrid durante los actos de apertura del curso académico en la Universidad Eclesiástica San Dámaso (UESD) demostrando un aparente buen estado de salud. Ya no necesitó permanecer en Corrientes para curarse de la dolencia que supuestamente lo aquejaba.
El puesto de asesor del APSA, el organismo administrativo central del Vaticano, es de nueva creación. Por ello, hasta ahora se desconoce exactamente cuáles serán sus funciones. Tampoco está claro si, para cumplir con esa función, deba mudarse a Roma. Aunque sería previsible, sobre todo porque se lo vio en estos días huésped de la residencia Santa Marta, la Casa del Papa en el Vaticano.