VIH NO ES UN CRIMEN, INFORME / FABIOLA DÍAZ DE LEÓN, ESCUELA DE SEÑORITAS @escdesenoritas #Domingueando

COLUMNA, NACIONAL, POLÍTICA

Hace poco tiempo se presentó VIH no es un crimen INFORME, un documento que detalla todo el mapa del país y sus marcos jurídicos acerca de personas que viven con VIH y/o infecciones de transmisión sexual (ITS). Se trata de un documento de 217 páginas que detalla casos y situaciones en las que la discriminación, el estigma y la criminalización de poblaciones aquejadas por dichos padecimientos resulta preocupante.

Variando de estado a estado el vivir con VIH te convierte en un arma potencial de muerte variando la figura jurídica que se adopta en materia penal, pero que abona de manera catastrófica a la vulneración de los derechos humanos de personas que por cientos de miles se encuentran y viven en esa condición.

El vivir con VIH va desde ser una causal de divorcio y pérdida de la custodia de lxs hijxs hasta el homicidio doloso por un presunto homicidio por haber tenido relaciones sexuales viviendo con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). En otros más el simple hecho de tener sífilis puede ser suficiente para perder la custodia y el divorcio.

Me resulta increíble que, en México, un país que valora los preceptos democráticos, o por lo menos eso predica, existan códigos locales donde el principio sea castigar, privar de la libertad y criminalizar a poblaciones donde lo que priva es una enfermedad incurable o estigmatizada por ser venérea.

La sífilis actualmente es curable con antibiótico y el VIH o el VPN, la misma Hepatitis C, ya cuentan con tratamientos que no permiten que sean terminales con el tratamiento adecuado.

Es una obligación del Estado satisfacer las necesidades de salud de los ciudadanos. Este sexenio se presume de contar con atención médica universal, lo que bien sabemos todos que no puede ser más falso. Pareciera que son los gobiernos locales y el federal quienes se benefician de dichas legislaturas para lavarse las manos de un problema de salud que es imperante resolver en todos sus niveles.

Particularmente importante resulta uno en el que una madre “enferma” puede ser penalizada por amamantar.

Leyes invasivas sin humanidad y perspectiva de género que suponen presuntos contagios. Una persona que tiene sexo sin protección, y aun teniéndolo, puede suponer que el contagio vino de una sola pareja sexual y probarlo resulta tan difícil como constatar la vida sexual de todos los ciudadanos. Asunto que pertenece al mundo de lo privado y que debería permanecer ahí, al margen de la actuación del Estado que tan bien trabaja cuando se trata de la impunidad de vejaciones y abusos sexuales de toda índole hasta la fecha pero que, en el caso de personas que viven con condiciones que han sido pandémicas, y viviendo una pandemia actualmente, nos indica que a la larga también podría ser sometida a semejantes parámetros legales llevándonos a enfrentar a la justicia estéril e inhumana, ciega y punitiva que no abona a nada. Un estado policial totalitario que ha demostrado con muchas décadas ser todo menos justo e incorruptible.

Las personas que viven con condiciones de vulnerabilidad por su estado de salud no merecen ser castigadas penalmente, merecen ser atendidas, acogidas, protegidas y acompañadas por un gobierno de humanidad y derechos humanos con perspectiva de género, no un padre regañón que te relega a perder la libertad y dejarte morir en un señalamiento discriminatorio y estigmatizado.

VIH no es un crimen, estar enfermo no es un crimen, carecer de campañas de información que nos permita protegernos de los riesgos que presentan ciertas prácticas, sobre todo las sexuales, sí es un crimen de omisión del Estado.