“VIVIR Y MORIR MIL VECES”

INSPIRADOS
laymanBasta ver la vida, sus pasajes, sus días soleados y sus días lluviosos, para entender que en esta vida se muere y se renace muchas veces. 

Decía Carl Jung: “Lo que se resiste, persiste, lo que se acepta, te transforma”.

Cada vez que la vida, las circunstancias o nuestras propias elecciones nos orillan o nos llevan a cambiar, nos vemos obligados a morir, y después a renacer. 

Esos momentos después de los cuales simplemente sabemos que no somos, que no volveremos a ser más aquellos que fuimos.  

Esto normalmente se entiende como algo nocivo, como un retroceso, porque lo relacionamos con una herida o con un evento traumático, pero la transformación, aunque siempre con un contenido de dolor, miedo y desafío, puede y debe ser en la vida, una elección para desarrollarnos, para evolucionar. 

No hay peor mentira que esa afirmación de que “las personas no cambian”. Quien afirma eso ya se ha condenado a la muerte en vida, se ha cerrado sus propios cielos, se ha cortado las alas. 

La única regla, la única constante en la vida, es el cambio; y los seres humanos somos parte de la vida, es decir somos parte del cambio, somos cambio. 

La pérdida de un ser amado, la pérdida de lo querido, la valentía ante un nuevo desafío de vida, nos transforma, nos lleva de un estadío a otro, nos lleva a morir, o cuando menos a morir un poco, y a renacer, mejores, más fuertes.  Esa misma energía que nos lleva a hundirnos, a morir, a sobrevivir, es la misma que si canalizamos correctamente nos llevará a renacer, a limpiar la mirada, a desplegar las alas, a honrar la vida.
Dijo también Carl Jung que la mayoría de los problemas en la vida no tienen solución por eso debemos crecernos a ellos, es decir, transformarnos en unos nuevos para afrontar y trascender ese problema, y para eso, hay que saber morir primero.

@Layman_and_Co

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